miércoles, 9 de abril de 2014

VASOS DE BARRO EN LAS MANOS DE DIOS

VASOS DE BARRO EN LAS MANOS DE DIOS

El titulo de este mensaje me hace recordar a como nos encontrábamos antes que Cristo llegara a nuestra vida, muchos de nosotros no éramos ni la sombra de lo que somos ahora, estábamos envueltos en delitos y pecados estábamos como el barro en la calle, en los pantanos era nada, no teníamos forma ni una razón de ser; pero Cristo apareció y llego a nuestra vida, nos hizo salir adelante, cambio nuestro lamento en gozo y sobretodo nos dio esperanza.

“Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: !!Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: !!Vive!” Ezequiel 16: 4-6

Nuestro estado antes de venir a los caminos de Dios, era realmente deplorable, estábamos perdidos y no teníamos una razón de existir, antes de conocer a Cristo no valíamos nada pero el vino y dijo que nos compraba que a pesar de lo pecadores que éramos a él no le importaba y el pagaba por nuestros pecados.
Quiero en esta oportunidad que lees estas palabras que recuerdes lo solo que te sentías sin Dios en tu vida, antes veíamos el mundo contra nosotros, antes no sentíamos el respaldo de nadie en nuestras vidas, pero ahora todo es diferente somos barro en las manos del alfarero.

“Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.  Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.” Jeremías 18:3-6

El pasaje anterior nos muestra el poder de nuestro Dios, que el capaz de hacer con nuestra vida algo bueno, podemos ser herramientas para que la gloria de Dios se manifiesta en esta tierra, no creas que necesitas ser pastor, predicador o evangelista para ser una herramienta de Dios, si quieres fungir estos ministerios te felicito porque tienes el llamado, pero tú que no eres predicador o evangelista la mejor forma de hacer que la gloria de Dios se manifiesta en tu vida, es dejándote moldear por él, ya que si te entregas a él, el hará de ti la mejor escultura, el hará de ti la mejor versión que puedes ser y así serás una herramienta para él, tu testimonio hará que se glorifique la gloria de Dios.
Lo único que nos pide Dios es que seamos lo que somos, barro en sus manos y el hará lo demás.



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