sábado, 10 de mayo de 2014

La iglesia y la homosexualidad

La iglesia y la homosexualidad

La relación de la iglesia con la homosexualidad, es la relación de la iglesia con el pecado. Solo que en caso de los pecados visibles parece que les damos un peso mucho más alto que el que Cristo les da. Siguen siendo pecados y no podemos perder esta perspectiva.

En mi punto de vista, estamos viviendo un liderazgo evangélico poco entrenado y más fariseo que cristiano, que está expulsando a los homosexuales de las iglesias. En muchos casos las personas que sufren tentaciones de este tipo no sienten la confianza de acercarse con nadie porque ni si quiera se menciona en las predicaciones como pecado; es decir, no existe ni como pecado dentro de las iglesias o a lo mejor se cree que ya no hay retorno o lo más preocupante que lo ven como normal. Si alguien fornica, roba o se emborracha, bueno, de eso si se habla, pero de homosexualidad, jamás.

Dicha situación ha provocado que se cree un ambiente de negación del pecado homosexual y sabemos todos que ante la negación, el crecimiento de la maldad es mucho más acelerado.
Dice proverbios 28:13: “el que encubre sus pecados no prosperará: más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.
El que como iglesia dejemos de confesar algunos pecados, ha provocado su fortalecimiento y propagación aun adentro. Es por esto que la probabilidad que un adicto al alcohol, a las drogas, a robar, a que  salga de su pecado es más alta antes que un homosexual, porque este pecado se ve y por ellos cuesta que crezca cuando hay intención de cambiar; mientras que la homosexualidad cuando empieza no es evidente por ello crece aceleradamente porque se mantiene en lo oculto.

En la mayoría de los jóvenes los papás o la sociedad lo notan hasta que ya está bien entregado al pecado. Usted puede notar si sus amigos fuman, se drogan, se embriagan o si les gusta tomar lo ajenos, pero no sabe en sí, su preferencia sexual.

Esto se ha generado por dos elementos:

Primero, la ignorancia de la congregación acerca de la homosexualidad y lo que se debe hacer. Muchas personas dentro de las iglesias creen que la homosexualidad es de nacimiento, cuando no existe ningún experimento científico serio que lo compruebe y los ven con desprecio como seres anormales, tal discriminación hace que no encuentren apoyo moral ni amor de un verdadero cristianos en los hermanos de la misma congregación.

Segundo, como consecuencia de ese desprecio, la congregación no los saluda y muchas veces el mismo pastor no sabe cómo acercarse y mostrar el amor de Cristo. No se trata de lo que denuncia la biblia en Isaías 5:20: “ay de los que a los malos dicen bueno, y a lo bueno malo” ni es cosa de solapar el pecado, sino de mostrar el amor de Cristo.

Por último, aun cuando la persona aun ya se haya entregado a Cristo, la resolución de los puntos anteriores serán pilares básicos para que se quede y se integre a la iglesia. Muchos son alcanzado en campañas, pero pocos se quedan en la congregaciones por lo motivos mencionados. Como Sendas de Esperanza esperamos que la presente información les sea de utilidad a todos los restauradores del cuerpo de cristo y también como una herramienta de alcance para las personas atrapadas en este engaño de la homosexualidad.


No sienta temor que el mostrar empatía por una persona con atracción por el  mismo sexo, hará que se pase o que lo vean mal, solo porque esta persona es amanerada o porque su forma de hablar no es como la suya; según datos de Cínicas VENSER (psicólogos cristianos)  el 30 por ciento del o homosexuales que piden ayuda están casados y por ello su apariencia es  de un heterosexual.  

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