La virtud del perdón dentro del matrimonio
(Última entregade la serie ¿cómo vivir casados sin vivir decepcionado?)
Efesios 4:32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a
otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Estaba pensando
como tenía que finalizar la serie Como
vivir casado sin vivir decepcionado y se me ocurrían tantas cosas que no
podía abarcar en esta última entrega, Pero Dios puso en mi corazón que tocara
un tema muy importante que afecta en gran manera en la relación de pareja, me
refiero al malestar que crean los conflictos y como muchas veces por la poca
información que hemos adquirido dejamos que esa barrera se convierta en una
muralla, a tal punto que ya no la podemos derribarla porque por orgullo nos
deterioramos tanto que perdemos la fuerza para solucionar lo que era tan fácil
resolver.
Por ello es que
debemos determinar que en nuestra relación conyugal desarrollaremos la virtud
divina del perdón que nos permite admitir y confesar nuestras ofensas, aceptar
y perdonar las ofensas de otros.
Mi amigo usted
podrá decir pero es que vivo perdonando, déjeme contestarle: a eso hemos sido
llamados a perdonar y tenemos que vivir perdonando. Usted no se casó con
alguien sin pecados es por ello que tenemos que vivir perdonando porque no
existe nadie perfecto; sin el perdón la relación matrimonial no funciona, sino
véase usted porque no tiene paz en su matrimonio y no le contesto porque de
seguro ya encontró su respuesta….
No dije libertad
bajo fianza dije perdón y el perdón hay que entenderlo usted se imagina al
mundo sin perdón. Imagínese que yo le contara una historia que dijera que un
muchacho se fue y le pidió su parte de la herencia a su padre y al pasar de los
días se gastó todo y cuando ya no tenía nada le toco comer lo que comían los
cerdos. Un día dijo voy a regresar y le voy a pedir perdón a mi padre y cuando
vio al padre de lejos le dijo: padre perdóname y el padre le contesta “No”
linda historia no… ¿Cree usted que esa historia estaría en la biblia? Cierto,
sabe porque está en la biblia, porque se trata del perdón.
Y por ello tiene
que aprender a perdonar, en su relación matrimonial deben de aprender a
confesarse y a perdonar mutuamente. Mire que hay personas que tienen una mente
histórica sabe ¿Por qué? Porque se recuerdan de todo, mi mujer se acuerda de
las peleas de hace más de 10 años, mire que las mujeres se acuerdan de cosas
que ya ni nos acordamos que hicimos; imagínese reclamos así: te acuerdas cuando
me dijiste loca el 20 de Mayo de 1982, porque ellas se acuerdan de todo y uno
de hombre ya no se acuerda ni lo que hizo ayer. Así que tenemos que tener
virtud del perdón y finalmente debemos determinar que nuestra
responsabilidad primaria en la relación
conyugal será amar a Dios y darle la gloria en todas las acciones aunque
nuestro cónyuge determine no tomar las
mismas acciones.
Quiero terminar
con esto y me encanta porque si se toma el tiempo de leer esta conferencia;
mujeres no pueden darse el lujo de decir que no es feliz por la clase de marido
que tiene; hombres nunca van a poder decir que no es feliz por la clase de
mujer que tiene. Mujeres-hombres ser feliz no depende de los demás sino de uno
mismo y recuerden que no hay hombre ni mujer perfecta; simplemente sonamos
perfectos porque todos batallamos con los mismos pecados.
Yo he
determinado vivir para la gloria de Dios sea que mi esposa lo haga o no, sea
que mis hijos lo hagan o no.
Significa que
todo lo que haga, tener vida sexual, discutir un problema, disciplinar a los
hijos, desarrollar la economía, servir en la casa, todo lo que hagáis sea de
palabra o de hechos, sea que comáis o que viváis todo hacedlo para la gloria de
Dios.
Le pregunto:
¿después de un mensaje como este puede decir que su matrimonio es para la
gloria de Dios?
-
Su sexualidad es para la gloria de Dios.
-
Está disciplinando a sus hijos para la
gloria de Dios.
-
Discute los problemas para la gloria de
Dios
Quisiera
decirles que es fácil, la verdad no, pero no puedo decirle que es imposible.
Mi estimado
lector soy un hombre de este mundo, común y corriente como usted, si se ha
tomado el tiempo de leer las 11 entregas anteriores podrá decir que me conoce y
sabe cómo pienso y como sufro, pero soy feliz, disfruto lo que hago, vivo para
lo que tengo que vivir; tengo sueños al igual que usted; tengo altas y bajas
expectativas al igual que usted, entonces usted también es un gran candidato
para ser feliz.
Algo que
disfruto al levantarme es poder dar gracias a Dios por el privilegio de
amanecer con vida, por el sol que alumbra sobre mí, por darme una tierra donde
poder caminar, por el aire que me permite respirar y por permitirme ver la luz
del día una vez más.
Me encanta la
vida y por ello desafío a cualquier reto que se me presente soy feliz en la
calle, soy feliz en el trabajo sea que los demás lo sean o no, soy feliz en la
iglesia sea que los demás rían o no, soy feliz en mi casa, soy feliz en mi
ducha y sabe ¿Por qué? Porque he determinado vivir para la gloria de Dios.
Así que ésta es
mi vida y no me quiero irme sin recordarle que se puede ser feliz y que puede
tener una relación provechosa y saludable. Viva con fe y viva para Dios y
recuerde que a lo que viva hoy agréguele lo que vivirá mañana.
De lo más
profundo de mi corazón y es mi gran deseo que aprenda a vivir en las buenas y
en las malas, que no se deje vencer y tire la toalla porque no hay tormenta que
ahogue, mientras tenga vida e intención de actuar no hay conflicto difícil de
resolver, porque los problemas nunca se van acabar, hoy resuelve uno y mañana
vienen otros, pero llegan porque usted y yo hemos sido dotados de la capacidad
para resolverlos. Siempre que Dios sea prioridad en nuestra relación, en
nuestra vida no hay ni habrá huracán que nos agobie las ramas.
Que Dios le
colme de grandes bendiciones, que aprenda a convivir y pueda decir que tiene
una familia de lujo, unos hijos saludables y un matrimonio provechoso.
Si le interesa
recibir nuestra serie completa “como vivir casados sin vivir decepcionados u
otra conferencia que le haya edificado. Puede escribirnos a contactosendasdeesperanza@gmail.com
Ver las entregas anteriores:
PARTE I
PARTE II
PARTE III
PARTE IV
PARTE V
PARTE VI
PARTE VII
PARTE VIII
PARTE IX
X PARTE
XI PARTE
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