miércoles, 16 de julio de 2014

¿Cómo ayudar a una persona en homosexualidad?

La Familia y su entorno
III PARTE

¿Cómo ayudar a una persona en homosexualidad?

La intención de este artículo es que como padres, o como amigos no vayamos a cometer el error de marginar antes de escuchar y buscar la manera de poder ayudar y a orientar a las personas de nuestro entorno que estén pasado por este  trastorno de identidad.

El recordar el dolor de los padres, el coraje de frustración de los hermanos, la ignorancia y la impotencia de toda la familia al recibir la noticia de que uno de sus hijos es homosexual, es una motivación para varias cosas. Una de ellas es el capacitar a más y más personal en este difícil pero necesario trabajo de restauración y de vuelta a su verdadero ser. Esto además de la propia persona que caiga con la confusión, que está convencido de que es homosexual, que sabe que no lo eligió, que ha intentado muchas veces luchar contra ello sin lograrlo y que ahora enfrenta la realidad lo quera o no.

Está causando todo este dolor a la familia y no lo quiere así, pero no tiene a como él lo ve, más remedio.

Según algunos expertos que tratan casos de homosexualidad, los casos más difíciles son los que no tienen una causa claramente identificable. Son lo menos trágicos, menos crueles, pero no se sabe con los que se está peleando en realidad. No existe una violación, la relación con los padres parece buena o al menos no es mala. Hay cierta identificación con el rol y en general se sienten bien como hombre, pero existen deseos homosexuales de los que no se puede deshacer.

Diversos profesionales y ministros han venido repitiendo que la iglesia es también el hospital de Dios. No es el asilo ni la guardería de los santos, si no que somos también un hospital. Muchos de nosotros somos ejemplos andantes del poder transformador de Jesús  en la vida de una persona; la palabra de Pablo a los corintios cuando les explica que no son la gran cosa, sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios, tiene impacto y un aliento muy especial para mí, pero eso somos, personas que están en un proceso de santificación y perfeccionamiento dentro de la  iglesia y no podemos dejar de ver esto.

La iglesia provee también un modelo de vida nueva, una nueva familia, compañerismo, amor y protección. Cuando no entendemos que somos un hospital, creemos que somos el club de los santos; de hecho los supersantos, aquellos que no pecamos, que estamos reservados para escribir los nuevos capítulos de la biblia. La iglesia es como el salón de la justicia donde se congregan los superhéroes de la fe.

Entonces cuando otros caen, somos muy duros, porque no nos vemos a nosotros mismo; tengo que ver mi pecado y mi debilidad  cuando hablo con el caído, pedir la misma misericordia que pediría por mí  y no la justicia. Debo entender que la persona que lucha con la homosexualidad en un sentido amplio es igual en su lucha con el pecado, que yo con los míos.

¿Quién es el que sana?

Jesús es el único que sana. Nosotros – usted y yo – solo somos instrumentos.

Aunque la pregunta ¿Quién sana? Es una frase retadora y bastante infantil, dentro de muchos espacios evangélicos se sigue discutiendo que no se recurran a ayudas profesionales puesto que quien sana es Jesús. Creo que nadie que haya nacido de nuevo puede discutir una verdad tan profunda; pero también queda muy claro que Dios usa a las personas, que nos dio un llamado y que usa lo que somos para sus planes preciosos y perfectos.
Es muy sencillo, tanto que parece extraño que algunos todavía se confunden.

¿Dios lo hace todo? En lo personal creo que Dios lo puede hacer todo; pero no lo hace todo, nos envía a que hagamos lo que podemos y debemos hacer, la biblia dice que Dios resucita a Lázaro pero no fue él quien quitó la piedra ni quien lo desató; entonces si el caído no se levanta como Dios lo mantendrá en pie.

¿Se necesita un llamado específico para ayudar a un homosexual?, ¿es necesaria una capacitación especializada?, ¿solo pueden ayudar los que ya salieron de la homosexualidad?, la respuesta no la sé, aunque algunos dicen que se requiere de todo esto. Lo único que le puedo decir que si el Espíritu Santo le dice que lo haga, hágalo y si le dice que no, no se meta, porque puede ser usted el que salga lastimado.

¿La relación con sus padres es al menos buena? Sino es así, piense detenidamente en este tipo de ayuda. Buena parte de la atención a una persona con confusiones sexuales pasará por la necesaria restauración de las relaciones con sus padres. Difícilmente podrá ayudarlo en áreas en donde usted no ha caminado. No me refiero a que no haya tenido la experiencia mala, sino a que su relación en familia sea buena, tal vez la relación con sus padres nunca haya tenido que  ser restaurada; eso está muy bien, porque significa  una relación sana, estable y amorosa con ellos.

Como Sendas de Esperanza queremos fortalecer la relación de padre e hijos afectados con esta problemática de la homosexualidad y que no seamos los culpables de sucumbir más a nuestros hijos antes las confusiones sexuales.

Ø  Que ya no haya ignorancia de cómo actuar ante hijos con confusiones sexuales.
Ø  Como sobrellevar y construir armonía con sus hijo ante este problema
Ø  Como buscar la ayuda necesaria y sana para ayudar a hijos, amigos, parientes, y todo aquel que necesite una palabra de aliento.

Ø  Que comprendan que la ayuda profesional no es mala, más bien es otro pilar de ayuda a aquellos que sufren de homosexualidad, todo y cuando sea guiado bajo el modelo de nuestro creador.

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