miércoles, 19 de febrero de 2014

¿Porque no volamos si ya tenemos alas?

¿Porque no volamos si ya tenemos alas?

Alguna vez se ha puesto a pensar porque en nuestro entorno hay personas que son bien inteligentes y no necesitan de mucho para adaptarse y aprender a donde quiera que vayan. La palabra de Dios en Génesis 1:27 dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios , esto me dice que cuando nos creemos inútiles y nos hacemos menos limitándonos a poco es el mismo enemigo el que nos mete esas ideas de inferioridad para que toda la vida nos sintamos que no somos capaces de hacer cosas grandes. Nunca pensamos en grande porque creemos que  eso solo es para los grandes.

Creo que todos hemos sido inducidos a pensar todas estas cosas creyendo que no somos capaces de hacer lo difícil y señalamos a otros como héroes, porque ellos si pueden y nunca nos detenemos a pensar que nosotros también tenemos la capacidad de hacer todo lo que nos propongamos  porque somos creados por el mismo Dios, y nuestro fabricante no se equivocó cuando nos creó a su imagen y a su semejanza dándonos con ello poder, valor, dominio propio, capacidad, sabiduría, fuerza, paz, amor y paciencia. Y si nos dotó de todo esto que no podemos hacer si la palabra nos dice que en Cristo tenemos poder.

El plan de Dios fue perfecto y sigue siendo perfecto para aquellos que en él creen y si crees, todo lo que deseas ya es tuyo… pero en el tiempo de Dios.

Así que si no tienes paz es porque no quieres, sino sentimos amor es porque no creemos, sino tienes valor, paciencia y sabiduría y no te sientes capaz de hacer cosas grandes entonces haces incapaz y pequeño a aquel que te formó a tu imagen y semejanza.

Dios ya te dio alas y el poder está en que tú te atrevas volar.

 Mi amigo cuando aceptaste a Cristo como salvador de tu vida, te dio a las para que vueles siendo fuerte y valiente y si aún no estas volando es porque no quieres alzar vuelo.
Dios tiene tantas pero tantas bendiciones para nosotros y lo triste de esto que sabiendo que nuestro padre es el dueño del mundo nos conformamos con comer una sola vez al día.
Dios es intenso en riquezas y usted cree que esas riquezas son para él, de ninguna manera, Dios no necesita de riquezas sino que son para sus hijos.
Y Dios nos lo confirma en la parábola del hijo prodigo, dice la palabra de Dios que cuando el hijo mayor regreso del campo se sorprendió porque su padre estaba haciendo fiesta Lucas 15:28-31 entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Más el, respondiendo, dijo al padre: he aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Entonces le dijo: hijo, tu siempre estás conmigo, y TODAS MIS COSAS SON TUYAS.

Muchas veces llevamos meses o años tratando de salir de nuestras deudas, de conseguir un buen trabajo, de poder disfrutar de un buen plato de comida con nuestra familia y pasan los años y no nos ha sido posible; cuantas veces hacemos planes para regalar algo a algún ser querido o un amigo para el fin de año y cuando llega ese día estamos tan apretados económicamente que no podemos hacerlo.
Otras veces observamos en nuestro entorno y criticamos porque vemos que aquellos que recién empiezan a congregarse ya están floreciendo.
Será que no logras tus sueños o propósitos porque estás haciendo lo mismo que este joven de la parábola del hijo prodigo. Él también era hijo pero no disfrutaba de las riquezas del padre porque se había acomodado a que siempre le sirvieran, pero no quería servirse de todo lo que en la casa de su padre había, cuando solo tenía que echar mano de todo lo que su padre tenía.
En el versículo 31 después que él había reclamado porque al hermano le estaban preparando un banquete su padre le dice: todas mis cosas son tuyas…

Estas palabras me llenan de gozo porque son promesas de nuestro padre para nosotros. Atrévete a tomar lo que es tuyo no dejes que el enemigo te robe la bendición que desde el momento que le hiciste  señor y salvador de su vida te hiciste merecedor de tremendas riquezas; entonces no dejes que se desperdicien, tómalas que están preparadas para ti.


Ahora se da cuenta todo lo que puede tener si extiende la mano hacia Dios. Recuerda Dios ya te dio alas para que te goces en él, como un hijo se merece y si aún está en gran desgracia es porque no te has atrevido a volar. 

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