Reservas Espirituales
Efesios 6:13 Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes.
No sé si recuerda que hace
unas décadas los inviernos eran bastantes copiosos comparado a esto tiempos y
era bueno ver las familias que vivían en las zonas marginales y fuera de la
ciudad como se preparaban para cuando
llegaban estas épocas, y lo primero que hacían era acaparar leña y resguardarla
bajo techo porque cuando vinieran las lluvias ya no se podía salir a buscarla;
otro detalle es cuando llega el tiempo de la cosecha que la gente guarda lo
necesario para sobrevivir mientras llegar la próxima cosecha del siguiente
año y es así como muchas veces nos
preparamos esas reserva para sobrevivir y no morirnos de hambre. En los países
Europeos o en Norte América también se preparan para las épocas de frio, la
gente sale a comprar ropa especial para soportar esas temperaturas tan bajas y
vemos como el ser humano atiende todas estas necesidades manteniendo esas
reservas que sabemos que sin ellas nos sería difícil sobrevivir.
Pero mire como el ser humano
llega ser tan racional y selectivo que preparamos reservas para protegernos de
lo que sea pero escasamente nos preparamos para mantener reservas espirituales que
sabemos que las necesitamos y que son necesarias para todo creyente y por tal
razón es que cuando llegan esos momentos de aflicción nos derrumbamos con tanta
facilidad porque no tenemos nada espiritualmente para mantenernos en pie en medio
de la tormenta y muchas veces un pequeño resfriado nos hace flaquear porque
como recibimos poco aguantamos poco. Y allí pasamos echándole la culpa a Dios
porque no se manifiesta y si cuando estamos bien no le buscamos imagines en
medio de tanta adversidad.
En artículos anteriores hago
mención que tenemos que estar preparados para cuando llegue el día malo, porque
el llevar una vida espiritual no es garantía de nada y por muy lejos que
estemos del mundo no significa que nunca vayamos a pasar por situaciones
difíciles y no me refiero a reservas para que ya no nos pase nada desagradable
sino para sobrevivir lo malo que venga. No quiero meterle miedo pero
necesitamos pasar por altos y bajos logros porque una tormenta nos prepara para
otra tormenta mas grande, una victoria lleva a otra victoria y eso es lo que debemos
anhelar día con día el vivir en victoria.
Difícilmente vamos a
imaginarnos que un día vamos a pasar por esas situaciones, lo cierto es que
siempre llegan esas situaciones difíciles en donde no hay amigos, no hay nadie
que te tienda la mano y es allí en donde nos sirven esas reservas espirituales.
Por ello como creyentes tenemos que alimentarnos lo más que podamos cada vez
que nos sea posible, orar preventivamente y una lectura bíblica constante,
congregarnos para que nuestra fe se mantenga activa; habrá notado que cuando llegan esos días malos
no tenemos animo de nada y pareciera que todo se debilita y es allí que
necesitamos de esas reservas espirituales para poder mantenernos firmes y
levantarnos porque la paciencia de Dios es dolor a los hombre.
A veces hacemos lo contrario
porque cuando Dios bendice callamos y cuando Dios calla empezamos a tocar
puertas, y somos nosotros los que cuando Dios habla no queremos hablar con él,
si en el mundo para que exista una buena amistad se necesita que 2 personas
interactúen y por que cuando nos empiezan a pasar cosas buenas dejamos que Dios
hable solo y nos apartamos; sabe que por eso es que pasamos situaciones
difíciles que pareciera que no tienen fin, pero así como el gozo se apaga sin
reserva espiritual así la tristeza también tiene fin pero eso va depender de
que tan agarrado estemos de las manos de Dios, de que tan grandes sean nuestras
reservas espirituales.
Usted y yo somos los únicos
culpables si es que flaqueamos cada vez que no sale el sol, no es Dios, no es
Satanás, no es mi vecino, no es mi jefe porque si somos capaces de comprender
que necesitamos reservas para sobrevivir, también necesitamos reservas
espirituales para mantenernos vivos porque recuerde que lo material que
ingerimos alimenta a la carne pero no al espíritu.
Por ellos es que hoy estoy
llegando hasta usted que nos lee para que hagamos conciencia que somos nosotros
los responsables del nivel de vida que estamos llevando, nuestro fracaso es
producto de caminar solo, la frustración es producto de lo vacío que estamos,
porque cuando estamos nutridos espiritualmente hay vida y es lo que
proyectamos, cuando hablamos, cuando reímos, cuando caminamos y en todo lo que
hacemos.
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