Como deben enfrentar la enfermedad los hijos de Dios
Algunos piensan que si alguien está cerca o
consagrado a Dios, no debería sufrir enfermedades y ante los padecimientos
otros especulan diciendo “será que está lejos de los caminos del señor o tiene
algún pecado oculto”
En cualquier momento de la vida de cada ser
humano la enfermedad llega, unos sanan otros no, y otros sanan y vuelven a
enfermar, en fin es el ciclo de la vida al que día con día nos exponemos y la razón principal para el sufrimiento es que vivimos en un mundo caído, sea este provocado por alguna
enfermedad o por cualquier otra circunstancia, es parte de la vida,
especialmente al ser cristiano ya que nos ayuda a crecer en nuestra dependencia
de Dios y entender que sin el nada somos y nada podemos hacer.
Y es que el llevar una vida consagrada a Dios
no nos hace inmune al sufrimiento, imagine por un momento si no hubiera
enfermedad no existiera el dolor a causa de un padecimiento. Entonces qué
motivos tuviéramos para invocar a Dios si prácticamente cuando en la vida todo anda,
de Dios no nos acordamos si pedimos más de lo que le agradecemos.
Como hijos de Dios necesitamos depender de él
y solo cuando hay sufrimiento es que le buscamos, entonces si cuando estamos
bien no le invocamos es por eso que Dios nos lleva al desierto porque quiere mantenernos ocupados y que
entendamos que nuestra única opción para ser feliz es él.
Si nos referimos a la enfermedad en
particular, estas han existido desde siempre, aun en los tiempos bíblicos. El
Señor Jesucristo se compadecía de los enfermos y sanaba a algunos, pero a otros
no. El mismo apóstol Pablo tenía un aguijón en la carne; ante esta realidad, él
expresó “tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí” (2 Corintios 12:8) la respuesta del Señor fue: “bástate mi gracia;
porque mi poder se perfecciona en la debilidad (2Corintio 12:9).
Quizá no sanemos de nuestras enfermedades
pero si Cristo ya está en nuestro corazón, para mi es más que suficiente porque
esto me hace depender directamente de Dios.
He aquí yo les
traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de
verdad Jeremías 33:6.
Se da cuenta como es nuestro padre
celestial de maravilloso que se ha
comprometido a ser nuestro médico; sabe
lo lindo de todo esto que cuando usted aprenda a vivir sumiso a la
voluntad de Dios, usted le está permitiendo que se glorifique en su vida y
cuando su gracia le sea suficiente Dios habrá cumplido su propósito en su vida
y usted será de bendición para aquellos que aún no han encontrado el camino y
podrá alentarlos y a servirle así como usted ha sido servido.
Dios siempre sabe lo que va a llegar a su vida y como permitirá que usted
lo enfrente, pues la biblia dice que nada pasa sin que él lo permita; pero Dios
se preocupa por nosotros él dice que somos su especial tesoro y por supuesto he
visto su gracia en permitirme flotar a pesar que muchas veces he pasado por
grandes dificultades.
Mi hermano como Sendas de Esperanza queremos
que encuentres un camino perfecto que conduzca a la verdad, pero queremos que
comprendas que consagrar tu vida a Cristo no significa erradicar el sufrimiento
de tu vida. No es la voluntad de Dios que todos sanen porque siempre habrán
cargas que te corresponden llevarlas a ti.
Gálatas 6:5 porque
cada uno llevará su propia carga.
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