RECORDANDO TRAGOS
AMARGOS
Los momentos mas hermosos de la vida, están guardados en
fotografías, videos o recuerdos, la gente en las bodas, cumpleaños o fiestas
algo que siempre mantiene listo es las cámaras fotográficas, para capturar todo
tipo de reacciones de alegría, comicidad o simplemente poder guardar
físicamente un recuerdo de cómo se desarrollo la celebración, algo que he
notado que asi como he asistido a fiestas, bodas y cumpleaños, también he
asistido a funerales, de gente muy querida que ha partido por enfermedades muy
difíciles, accidentes o por vejez; pero algo que he notado es que la gente en
los funerales no toma fotografías porque no quiere recordar ese momento
doloroso.
En esta hora quisiera animarte a que recuerdes los momentos
dolorosos de tu vida, esas situaciones en las que Dios te saco a flote y
victorioso a pesar que sentías las fuerzas perdidas, y quiero que las recuerdas
para que veas y reflexiones que nada de lo que ha quedado atrás es para ti,
muchas veces como cristianos comenzamos a recordar los placeres de la carne e
incluso vemos con tristeza que ya no tenemos esa vida emocionante y sentimos
que la necesitamos, a veces creemos que probar un poquito no nos hará daño.
“No codicies sus
manjares delicados, Porque es pan engañoso.” Proverbios 23:3
Quiero que recuerdes cuando el pecado te hizo pedazos, cuando
te uso te abandono y estuvo a punto de destruirte, nada bueno había en eso,
recuerda cuando eras esclavo de la bebida, cuando vomitabas lo que tomabas,
cuando dormías en la calle y eras despreciado por ser un ebrio, recuerda cuando
te masturbabas compulsivamente, cuando buscabas la soledad de tu cuarto, del
baño para fantasear, quiero que te veas en ese instante y pienses como te
sentías, como te encontrabas, cuando te acostabas con cualquiera y tenias
relaciones que ciertamente le daban placer a tu carne pero más le daban dolor a
tu alma, mas te alejaban de Dios, nada de lo que ha quedado atrás es para
nosotros, no recuerdes ni siquiera pienses que algo del pasado era bueno. Ahora
recuerda la primera vez que leíste que Cristo te amaba, la primera vez que
supiste que a pesar de tu vida perdida, el fue movido a misericordia para darte
una oportunidad de vida, ese recuerdo es el que te debe impulsar a seguir
adelante.
Debemos recordar los momentos amargos como lo que son,
momento de soledad e infelicidad, no como algo bueno que valdría la pena volver
a vivir, recuerda de donde te saco Dios.
“Te lavé con agua, y
lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de
seda. Te atavié
con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema
en tu cabeza. Así fuiste adornada de oro y de plata,
y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo,
miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a
reinar. Y salió
tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa
de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.” Ezequiel 16:9-14
Antes de Cristo estábamos completamente perdidos, solos,
sucios y abandonados, y el único que se arriesgo por nosotros fue él, el pecado
jamás hará lo que Dios hizo por ti, traerte de muerte a vida, ¿Por qué quieres
recordar el pecado?
Tu pasado es un trago amargo, si lo recuerdas que sea para
alejarte de él y no para volver atrás.
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