UNA VERDAD INCOMODA
A veces en las series
o películas mencionan una frase que dice “hay un elefante en la habitación”, de
tanto escucharla me llamo la atención así que la busque y significa que hay
incomodidad cuando se toca un tema que no agrada a alguien en especifico, ya
sea porque se siente aludido o está relacionado con el punto en cuestión.
Cuando comenzamos a caminar sobre la vereda de la vida
cristina, comenzamos aprendiendo los pilares fundamentales que nos ayudaran a
poder coronar la carrera que nos lleva a la vida eterna, pero ¿Cuántos de
nosotros llevamos pesos y cargas en este caminar? Y no me refiero solamente a
problemas y enfermedades que nos impidan creer plenamente en el poder de Dios,
sino a aquellos pecados que nos gustan y no eliminamos porque creemos que no
son gran cosa y que podemos controlar.
“Y vino un varón de Dios
a Elí, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿No me manifesté yo claramente a la casa
de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón? Y yo le escogí por mi
sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar,
y quemase incienso, y llevase efod delante de mí; y di a la casas de tu padre
todas las ofrendas de los hijos de Israel. ¿Por qué habéis hollado mis
sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has
honrado a tus hijos más que a mi engordándoos de los principal de todas las
ofrendas de mi pueblo Israel? Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había
dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente;
más ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honrare a los que me
honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco” 1 Samuel 2:27-30
En el párrafo anterior de las escrituras, nos habla de la
vida de Elí el cual era sacerdote de la casa de Jehová y fue el mismo que
adiestro a Samuel en el servicio para Dios, en esta parte de la palabra Elí
recibe la exhortación de Jehová por el comportamiento de sus hijos, ya que
ellos andaban desagradablemente delante de Dios, el reclamo de Dios se da por
la comodidad de Elí ante la profanación de la ofrenda para Dios ya que Elí sabía
muy bien que sus hijos escogían para sí lo mejor de la ofrenda de Dios y
fornicaban cuanto querían con las doncellas del pueblo, pero su padre no
mostraba ningún tipo de celo por las cosas de Dios se conformaba con ser el
sacerdote y administrar los holocaustos, es por el consentimiento del pecado de
sus hijos que la bendición de la casa de Elí fue quitada.
Cuando somos hijos de Dios debemos darnos cuenta que hay
cosas que no podremos cambiara por nuestras propias fuerzas ya que será muy difícil
y necesitaremos la ayuda del espíritu santo para poder dejar atrás ya sean
vicios o adicciones que nos tenían presos, pero hay pecados que comenzamos a llevarlos
con nosotros porque pensamos que no representan ninguna amenaza, llegamos al
punto de comportarnos como el propio Elí, que el creyó que no importaba
intervenir en las acciones de sus hijos y lo único que hizo fue consentir su
comportamiento; podemos llegar a creer que masturbarnos de vez en cuando no es
gran cosa porque no somos adictos y solo lo hacemos para liberar tensiones,
podemos pensar que tener un video pornográfico y verlo de vez en cuando no es
malo porque somos hombres y es normal, guardar unas cuantas canciones románticas
para escucharlas por las noches está bien porque solo es nostalgia, una cerveza
en una cena solo por no hacer el feo al anfitrión o porque la ocasión ameritaba
un brindis por alguna celebración. La verdad que eso es consentir el pecado, es
tratar de deshacer el sacrificio que Cristo hizo en la cruz, al consentir unos
pecados estamos teniendo en poco dicho sacrificio.
“Mira, yo he puesto
delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal” Deuteronomio 30:15
Nuestro Dios ya nos enseño que es lo malo y que es lo bueno,
entonces porque seguimos guardando pecados que nos llevaron a la destrucción,
no te hablo como si pretendiera ya haber cambiado, estoy igual que todos en un
proceso en mi vida, pero me puse a reflexionar y ciertamente hay cosas que
muchas veces no quitamos porque creemos que no son graves, el fin de este
mensaje como su título lo dice es hablarte de una verdad incomoda, sigues cometiendo
pecado deliberadamente, sigues masturbándote, sigues fumando, sigues bebiendo,
sigues siendo un doble cara siendo espiritual en la iglesia y lo opuesto fuera
de ella, te invito a que reflexiones y pienses como estas caminando y si existe
en tu vida algún pecado que estás consintiendo; todos queremos llegar a la meta
final de nuestra vida, todos queremos llegar a poseer la corona de la vida, el
premio del supremo llamamiento, pero estamos corriendo con libertad, quiero que
recuerdes que Cristo sabe lo difícil que es ser quienes somos, el estuvo en
esta tierra, sabe cómo somos tentados día a día, pero hay una gran diferencia
entre ser tentado y pecar deliberadamente, concluyo con este sencillo versículo
pero que es una realidad.
“Y al que sabe hacer lo
bueno, y no lo hace, le es pecado” Santiago 4:17