EL PESO DE LA
CRUZ
Este título se ha escuchado mucho en las predicaciones, se nos ha
mencionado muchas veces que cuando conocemos el camino de Dios debes tomar la
cruz y seguirlo, pero realmente no sabemos cuál es la cruz de la que se habla.
“Entonces Jesús dijo a sus
discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su
cruz, y sígame.” Mateo 16:24
En este
versículo Cristo nos habla de tomar nuestra cruz y seguirlo, pero no se refiere
al camino del evangelio, ni que sea una cruz aprender a tener una disciplina
para con él, sino que nos dice que cada uno de nosotros debemos tomar nuestros
defectos, tomar las consecuencias de nuestras malas decisiones, los pecados y
adicciones y comenzar a caminar tras de él, no podemos creer que debemos ser
limpios antes de seguir a nuestro Dios, ya que esa es una mentira que el enemigo
utiliza para que sigamos siendo esclavos del pecado, una vez con un ex
compañero de trabajo me comento que él no podía seguir a Dios, porque le
encantaba estar con muchas mujeres y que las cosas de Dios son serias así que
hasta que él se limpiara lo seguiría.
Mucha gente
piensa de esa manera ya que creen que ellos podrán decir en su momento, “Basta
ya no más” y decidir seguir a Dios, pero la realidad es otra, nunca se podrá
cambiar por tus propias fuerzas, somos débiles y el pecado le encanta a nuestra
carne, la invitación en esta reflexión es que no pierdas el tiempo , no esperes
cambiar para seguir a Dios, toma tu cruz y síguelo, créeme que puedo entender
lo mucho que te debe avergonzar sentir que buscas a Dios y aun manteniendo tu
adicción a la bebida, quizás creas que eres un hipócrita al congregarte y aun
masturbarte, quizás el enemigo te haga sentir que eres un falso al traer una
biblia bajo el brazo y no poder dejar de fumar; se que cada uno de nosotros tiene una cruz, algo que no
ha podido dejar, pero sabes a Cristo no le importa, el quiere que con todo eso
decidas caminar, porque debemos aceptarlo solos no podremos dejar el pecado que
nos agobia.
“Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el
bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago
el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no
quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.” Romanos 7:18-20
Es una realidad sin Cristo jamás tendremos la fuerza para decirle no al
pecado, seguiremos siendo esclavo del mismo, no veas lo mucho que te hace falta por cambiar, sino mas
bien date cuenta que esa es la oportunidad que tienes para ser libre, tú que
lees estas palabras sé que hay cosas por la cuales podemos sentirnos
avergonzados, porque ya lo decía el apóstol Pablo: “Lo que no quiero eso hago”,
quizás creas que es una excusa para justificar nuestras debilidades, pero sin
la fuerza del espíritu santo con nosotros, jamás podremos detenernos, el pecado
siempre será atractivo, siempre nuestra carne querrá correr a los brazos de la
lujuria, pero que sucede cuando cedemos nos volvemos mas esclavos, es un
circulo interminable, ahora te pregunto,
¿Qué sientes cada vez que te masturbas? ¿Te sientes feliz, te sientes
realizado? Ciertamente es algo patético
correr al instinto animal, sin pesar solo por tener un instante de placer
falso, ¿Qué pasa con la bebida? Crees que es de hombres poder tomar mucho, quizás
es al contario te vuelves un cobarde
para afrontar la vida y prefieres drogarte con alcohol para evadir tu realidad,
así hay muchas codas mas que son un engaño.
Cristo te da la oportunidad en esta hora, el quiere que sepas, que te ama y
que él sabía muy bien tus pecados, y aun así no le importo, porque creyó en ti,
quiso darte la oportunidad de libertad, el quiere que tomes esa cruz y decidas
seguirlo, porque nosotros hacemos lo posible y lo imposible le toca a él, no
pongas por obstáculo la cruz, no creas que no puedes cambiar, tomado de la mano
de Dios, toda barrera y muralla será derribada, ya que Cristo es la verdadera
libertad.
Recuerda que el camino más largo comienza con un paso, así que toma tu cruz
y sigue a Jesús.
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