¿Por qué DIOS nos permite tocar el suelo?
Vivimos nuestra vida siempre con
la intención de superarnos constantemente, cuando somos pequeños comenzamos a
caminar para poder ir más lejos, cuando somos niños nos enseñan que debemos
estudiar y aprobar los grados escolares porque así podremos ser alguien en la
vida, se nos dice que debemos conseguir un buen trabajo para así poder comprar
una buena casa, poder tener una buena familia y tener así una base sólida para
el futuro.
Lo anterior antes descrito es el
deseo de muchos de nosotros pero no todo en nuestra vida resulta siempre a veces nos
topamos con situaciones en las cuales los sueños que tenemos no se hacen
realidad, y cuando no estamos preparados emocionalmente y espiritualmente para esos golpes es cuando somos derrotados
por la situaciones, ahora bien mi amigo que lees estas palabras sé que te
puedes identificar con estas situaciones, quizás te siente frustrado porque no
has logrado coronar las metas que te habías propuesto, quizás no tienes el
trabajo que quieres y estas en un lugar solamente por la necesidad de un
sueldo, quizás has estudiado una carrera y no encuentras trabajo y tus
compañeros si están en buenos lugares trabajando y te preguntas ¿Por qué me
pasa esto a mí?. Sientes que tu esfuerzo ha sido en vano, tal vez seas víctima
de alguna enfermedad que ha dejado secuelas en tu cuerpo o de algún accidente y
sientas que ya vivir así no tiene sentido.
Alrededor del mundo hay cientos
de personas víctimas de la frustración que no viven la vida a plenitud porque
sus sueños no se han hecho realidad, han sido heridos en el transcurso de la
vida y no le hayan sentido a nada, cuando Cristo los toca y lo aceptan buscan
una solución a su situación y al no encontrarla vuelve la frustración y culpan
a Cristo de haberlos engañado, quiero que leas el siguiente versículo.
“Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en
tinieblas, pero el Señor es mi luz.” Miqueas 7:8
Quiero que
reflexionemos sobre el versículo anterior, cuando en la vida las cosas no
salieron como esperábamos siempre vendrá la pregunta ¿Por qué?, Ya que no podremos entender porque
Dios permite el sufrimiento, la decepción, la frustración, porque permite que
perdamos seres queridos, porque permite que pasemos cárcel y enfermedades, pero
quizás esa no es la pregunta que debemos hacernos sino más bien ¿Para qué? Siempre
habrá un propósito para las situaciones difíciles de nuestra vida, y el mensaje
de la reflexión de este día es que debemos cambiar nuestra actitud ante la
adversidad, quizás digas que suena fácil porque no estoy viviendo lo que te está
pasando pero, mi amigo estar en el suelo es tocar fondo, caer es perder las
fuerzas, el soporte, retroceder, quizás estabas bien económicamente pero ahora
estas sufriendo penurias, quizás ya la enfermedad se está llevando todo de ti,
pero en esos momentos difíciles es cuando más debes proclamar victoria y que tu
vida saldrá de donde te encuentras, el profeta escribía estas palabras y nos enseñaba
que aunque estuviera en el suelo, el suelo no sería lo último que se sabría de
él sino, que desde ahí se levantaría, aunque el pecado te hiciera caer no te quedarías
así sino más bien te levantarías y buscarías la luz de Cristo.
Estar mal no
significa estar lejos de Dios, ni que Dios se ha olvidado de nosotros sino más
bien es la oportunidad justa para poder ver su gloria y así ver cuán poderoso
es el, es la oportunidad para poder decirle a nuestra situación actual cuan
poderoso es nuestro Dios y cuán grande es su majestad que nos sacara de esa
situación decadente. Recordemos que cada vez que estemos en el suelo es porque
Dios nos quiere enseñar a ver hacia el cielo.
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