jueves, 28 de agosto de 2014

¿Por qué DIOS nos permite tocar el suelo?


¿Por qué DIOS nos permite tocar el suelo?
 

Vivimos nuestra vida siempre con la intención de superarnos constantemente, cuando somos pequeños comenzamos a caminar para poder ir más lejos, cuando somos niños nos enseñan que debemos estudiar y aprobar los grados escolares porque así podremos ser alguien en la vida, se nos dice que debemos conseguir un buen trabajo para así poder comprar una buena casa, poder tener una buena familia y tener así una base sólida para el futuro.

Lo anterior antes descrito es el deseo de muchos de nosotros pero no todo  en nuestra vida resulta siempre a veces nos topamos con situaciones en las cuales los sueños que tenemos no se hacen realidad, y cuando no estamos preparados emocionalmente y espiritualmente  para esos golpes es cuando somos derrotados por la situaciones, ahora bien mi amigo que lees estas palabras sé que te puedes identificar con estas situaciones, quizás te siente frustrado porque no has logrado coronar las metas que te habías propuesto, quizás no tienes el trabajo que quieres y estas en un lugar solamente por la necesidad de un sueldo, quizás has estudiado una carrera y no encuentras trabajo y tus compañeros si están en buenos lugares trabajando y te preguntas ¿Por qué me pasa esto a mí?. Sientes que tu esfuerzo ha sido en vano, tal vez seas víctima de alguna enfermedad que ha dejado secuelas en tu cuerpo o de algún accidente y sientas que ya vivir así no tiene sentido.

Alrededor del mundo hay cientos de personas víctimas de la frustración que no viven la vida a plenitud porque sus sueños no se han hecho realidad, han sido heridos en el transcurso de la vida y no le hayan sentido a nada, cuando Cristo los toca y lo aceptan buscan una solución a su situación y al no encontrarla vuelve la frustración y culpan a Cristo de haberlos engañado, quiero que leas el siguiente versículo.

Enemiga mía, no te alegres de mi mal. Caí, pero he de levantarme; vivo en tinieblas, pero el Señor es mi luz.” Miqueas 7:8

Quiero que reflexionemos sobre el versículo anterior, cuando en la vida las cosas no salieron como esperábamos siempre vendrá la pregunta  ¿Por qué?, Ya que no podremos entender porque Dios permite el sufrimiento, la decepción, la frustración, porque permite que perdamos seres queridos, porque permite que pasemos cárcel y enfermedades, pero quizás esa no es la pregunta que debemos hacernos sino más bien ¿Para qué? Siempre habrá un propósito para las situaciones difíciles de nuestra vida, y el mensaje de la reflexión de este día es que debemos cambiar nuestra actitud ante la adversidad, quizás digas que suena fácil porque no estoy viviendo lo que te está pasando pero, mi amigo estar en el suelo es tocar fondo, caer es perder las fuerzas, el soporte, retroceder, quizás estabas bien económicamente pero ahora estas sufriendo penurias, quizás ya la enfermedad se está llevando todo de ti, pero en esos momentos difíciles es cuando más debes proclamar victoria y que tu vida saldrá de donde te encuentras, el profeta escribía estas palabras y nos enseñaba que aunque estuviera en el suelo, el suelo no sería lo último que se sabría de él sino, que desde ahí se levantaría, aunque el pecado te hiciera caer no te quedarías así sino más bien te levantarías y buscarías la luz de Cristo.

Estar mal no significa estar lejos de Dios, ni que Dios se ha olvidado de nosotros sino más bien es la oportunidad justa para poder ver su gloria y así ver cuán poderoso es el, es la oportunidad para poder decirle a nuestra situación actual cuan poderoso es nuestro Dios y cuán grande es su majestad que nos sacara de esa situación decadente. Recordemos que cada vez que estemos en el suelo es porque Dios nos quiere enseñar a ver hacia el cielo.

 

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