EL ENGAÑO DEL ENEMIGO
Andamos por la vida haciendo cosas que creemos que
están correctas y nos protegemos de una u otra manera para evitar el peligro.
Creemos que tener cuidado de no pasar por los lugares que constituyen un riesgo
y evitar meternos en problemas, con eso nos basta y ya estamos fuera de todo
peligro.
Muchos creen que porque están apartados del mal,
así tiene un buen estilo de vida; como esto es agradable ante la sociedad con
eso nos basta; a esto le llamo el engaño del enemigo.
Al enemigo no le conviene que nos apartemos del
mal, porque su preocupación es mantenernos ocupados en el pecado haciéndonos
creer que si no hacemos nada malo con eso nos basta.
Mucha gente cree que porque no somos esclavos de
ninguna tendencia pecaminosa no somos partícipes del pecado; pero es el enemigo
quien a segado el entendimiento para que creamos ser libres y cada día nos
aprieta más la venda que ha puesto sobre nuestros ojos para que no veamos la
realidad de las cosas.
Siempre ha tratado de engañar a la humanidad de
una u otra manera. Su trabajo ha sido fructífero, a tal punto, que se ha
incrustado y anclado en el corazón de mucha gente; recordemos que también trató
de tentar a Jesús MATEO 4:1-11.
Estamos sirviendo a dioses ajenos y por ello no
sentimos paz en ningún lugar, porque a quien estamos sirviendo es a Satanás,
quien usa falsos maestros, falsos apóstoles para engañar a la gente y se
disfraza como ángel de luz.
2Corintios
11:13-14 Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan como apostales de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás
se disfraza como ángel de luz.
Así que no nos engañemos creyendo que lo que
recibimos viene de lo alto, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de
luz para complacer nuestros deseos haciéndonos creer que eso nos basta y que no
necesitamos nada más; nos hace creer que somos autosuficientes para que creamos
que solos nos podemos proteger de todo
peligro, que podemos con nuestro padecimientos y se van heredando de generación
en generación, no logrando salir del fango a donde nos ha llevado el pecado.
Pero en vano sufrimos los tormentos y
consecuencias de ese engaño porque la deuda ya fue pagada.
1Corintios
15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que así mismo recibí: Que CRISTO
murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras.
Como veras Cristo ya pagó por nosotros, para que
no sigamos viviendo bajo el yugo de la esclavitud a la que Satanás nos tenía
sujetos.
Juan
1:12 más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios.
La única manera de salir de este engaño es
recibiendo al hijo y creer en él para ser hechos hijos de Dios; solo esta manera Dios nos puede arrebatar de las manos
del enemigo.
Es ahí cuando Dios empieza a obrar en nuestra
vida, mostrándonos sus maravillas, acariciándonos en su inmenso amor como un
padre mima a su hijo y le contempla cuando sufre, es ahí cuando no necesitamos
de nadie porque él es más que suficiente.