¿A QUE NOS ESTAMOS ENFRENTADO?
Para
poder tener una respuesta clara de quien es nuestro enemigo primero tenemos que
estar seguro quiénes somos y como estamos caminado, porque si estamos caminado
fuera de la voluntad de Dios, entonces estamos expuestos a que el enemigo nos
use a su antojo
Apartados
de Dios nada somos, dice la biblia que somos como la paja que se lleva el
viento “Job. 21:18 Serán como la paja delante del
viento, y como el tamo que arrebata el torbellino”, y es que con el
corazón vacío no le podemos hacer frente a nada; una persona que no tiene a
Cristo en su corazón está a la disposición de Satanás, por lo tanto ese es su
señor y su amo porque le mantiene atado al pecado.
Cuando
una persona decide creerle a Cristo y le hace señor de su vida, empieza a vivir
pues su palabra dice que el que nace de nuevo nueva criatura es (2Corintios 5:17). Esto es lo que me gusta de ser
hijos de Dios que nos toma en serio como a tesoro escogido “mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero
que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia,
pero ahora habéis alcanzado misericordia 1Pedro 2:9-10” .
Ahora
ya tenemos una respuesta de lo que somos para nuestro padre celestial cuando
decidimos hacerle Señor de nuestra vida, así como dice su palabra que fuimos
escogidos por él para alcanzar misericordia ¿Cómo Dios dejará que el enemigo destruya
a sus hijos?; pero para vivir en victoria tenemos que darnos cuenta que también
el enemigo está pendiente de cualquier descuido que nosotros hagamos para
hacernos caer en tentación.
Tenemos
que estar preparados para saber cómo es que el enemigo ataca y de esta manera
saber a que nos estamos enfrentando como hijos de Dios. Con el hecho de ser
escogidos por Dios y para Dios; esto nos hace tener enemigos poderosos, me
refiero a Satanás y sus huestes que se oponen entorpeciendo la oración del
creyente. Satanás ya fue vencido por
nuestro Señor Jesucristo en la cruz, no obstante, el adversario el diablo
quiere hacerle creer al mundo que tiene un poder ilimitado, pero eso es una
mentira; usted y yo sabemos que el verdadero poder está en los hijos de Dios,
porque estamos cubiertos por su sangre y en él tenemos asegurada la victoria.
Lamentablemente
quienes le siguen otorgando poder a Satanás para que siga obrando mal somos
nosotros al considerarlo poderoso. Para lograr mantenernos en victoria tenemos
que darnos cuenta que Satanás tiene poder limitado y no es invencible Mateo 4:8-10
entonces la clave para derrotarlo es ignorándolo y no poner atención en sus
estrategias.
En
Cristo somos más que vencedores por lo tanto no dudemos del poder de su
señorío, sabiendo que en él todo es posible. Jamás dudes en ningún momento
aunque sientas que la batalla está muy fuerte y sientas que ya no tienes
fuerzas para seguir luchando, porque es ese momento llegará tu victoria, cuando
dudas te das por vencido y es ahí cuando le das poder al enemigo y lo haces
poderoso y si te muestras débil te derrotará fácilmente.
Aunque
nos estamos enfrentado a un enemigo que si bien es cierto no es poderoso ante
nuestro salvador; pero si no ejercemos la autoridad de Cristo contra el mundo
de las tinieblas difícilmente vamos a lograr la victoria pues solo de esta
manera nos podemos declarar vencedores “Romanos 8:37
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos
amó”.
Seamos
agradecido para con Dios valorando su sacrificio pues nos rescató de las
ataduras del mundo de las tinieblas para ser parte de su ejército guerrero
luchado y venciendo a diario las tentaciones, pues estamos llamados a vencer
porque nuestro Señor Jesucristo ya venció sobre el enemigo. La clave está en
permanecer en oración, congregarse y mantenernos alimentados de su palabra.
No
olvidemos que somos parte del ejercito de soldados del reino que están librando
batallas permanente contras las tentaciones de este mundo.
Entonces la respuesta a la
pregunta es que nos estamos enfrentando a un enemigo que ya fue vencido y no
tiene poder sobre nosotros.
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