Cuando visitamos al médico ya sea porque
padecemos alguna enfermedad o por un chequeo de rutina, muchas veces nos damos
cuenta que un pequeño malestar es el resultado de algo muy grave, que si
no se trata a tiempo con el medicamento
apropiado, nos puede llevar a la muerte. Hay tratamiento que los aplicamos por
unos días y la cura llega casi de inmediato y ya no regresa ese malestar y hay
medicamentos que hay que estarlos tomando de por vida para mantener controlada
la enfermedad.
Igual nos pasa cuando estamos en CRISTO,
a veces venimos de vivir situaciones que nos han devastado y que se
convirtieron en una necesidad diaria y por ende no va ser fácil poder
deshacernos de ella tan fácilmente sino llevamos un tratamiento (la permanencia
en CRISTO).
Tengamos en cuenta que toda atadura de
la que hemos sido liberados siempre va a estar allí, esperando para poder
volver a amarrarnos en el menor descuido posible.
Mateo 6:33
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas”.
Entonces lo primero que tienes que haces
es buscar a Dios y permitirle que trabaje tu vida; no te afanes por querer
cambiar, o porque el proceso no sea de inmediato, mantente en el Señor
llenándote de su palabra, adórale con intención y lo demás vendrá poco a poco;
luego te darás cuenta cómo vas recibiendo poder para irte alejando de las
tentaciones.
Ahora es probable que hayan pecados que
solo sean unos malos recuerdos en tu vida y no que existe ni la mínima
intención de que vuelvas a ellos; pero hay pecados que necesitas toda una vida
estar alimentándote de Dios y cada día buscando más de él, para cerrarle toda
puerta a esas cadena que por mucho tiempo te mantuvieron atado de pies y manos.
Muchas veces cometemos el error de enfriarnos, nos confiamos y al poco tiempo
de sentir paz en nuestro corazón, creyendo que ya fuimos liberados de ciertas
tentaciones, nos alejamos de Dios y ese es un error muy grande que cometemos
los cristianos, nos acomodamos; pero cuando menos lo esperamos, el enemigo
vuelve aun con más fuerza a tomar posesión de lo que antes fue su casa.
Mateo 12: 43-45
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares
secos, buscando reposo y no lo halla.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega,
la halla desocupada, barrida y adornada.
Entonces va, y toma consigo otros sietes espíritus peores que
él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a
ser peor que el primero. Así también
acontecerá a esta mala generación”.
No te confíes que el enemigo está en tu
puerta y en tus ventanas esperando el menor descuido para invadirte de nuevo.
Mantente en CRISTO y serás verdaderamente libre.
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