miércoles, 17 de abril de 2013

LA COMODIDAD DEL CRISTIANO


LA COMODIDAD DEL CRISTIANO


Cuando visitamos al médico ya sea porque padecemos alguna enfermedad o por un chequeo de rutina, muchas veces nos damos cuenta que un pequeño malestar es el resultado de algo muy grave, que si no  se trata a tiempo con el medicamento apropiado, nos puede llevar a la muerte. Hay tratamiento que los aplicamos por unos días y la cura llega casi de inmediato y ya no regresa ese malestar y hay medicamentos que hay que estarlos tomando de por vida para mantener controlada la enfermedad.

Igual nos pasa cuando estamos en CRISTO, a veces venimos de vivir situaciones que nos han devastado y que se convirtieron en una necesidad diaria y por ende no va ser fácil poder deshacernos de ella tan fácilmente sino llevamos un tratamiento (la permanencia en CRISTO).

Tengamos en cuenta que toda atadura de la que hemos sido liberados siempre va a estar allí, esperando para poder volver a amarrarnos en el menor descuido posible.

Mateo 6:33
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Entonces lo primero que tienes que haces es buscar a Dios y permitirle que trabaje tu vida; no te afanes por querer cambiar, o porque el proceso no sea de inmediato, mantente en el Señor llenándote de su palabra, adórale con intención y lo demás vendrá poco a poco; luego te darás cuenta cómo vas recibiendo poder para irte alejando de las tentaciones.

Ahora es probable que hayan pecados que solo sean unos malos recuerdos en tu vida y no que existe ni la mínima intención de que vuelvas a ellos; pero hay pecados que necesitas toda una vida estar alimentándote de Dios y cada día buscando más de él, para cerrarle toda puerta a esas cadena que por mucho tiempo te mantuvieron atado de pies y manos. Muchas veces cometemos el error de enfriarnos, nos confiamos y al poco tiempo de sentir paz en nuestro corazón, creyendo que ya fuimos liberados de ciertas tentaciones, nos alejamos de Dios y ese es un error muy grande que cometemos los cristianos, nos acomodamos; pero cuando menos lo esperamos, el enemigo vuelve aun con más fuerza a tomar posesión de lo que antes fue su casa.

Mateo 12: 43-45
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo y no lo halla.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Entonces va, y toma consigo otros sietes espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser  peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación”.

No te confíes que el enemigo está en tu puerta y en tus ventanas esperando el menor descuido para invadirte de nuevo. Mantente en CRISTO y serás verdaderamente libre.

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