domingo, 7 de enero de 2018

El miedo, la barrera de la fe



Estaba muy entretenido leyendo un buen libro y pensé que ya había adelantado muchas cosas y no tenía nada pendiente; pero de pronto sentí una inquietud y recordé que muy dentro de mí, había manifestado terminar el último artículo de la serie “El maravilloso mundo de la fe. Una serie maravillosa de cuatro artículos muy cortos pero con una gran enseñanza, que tomados de la mano de Dios nos puede cambiar la vida.

Quiero hablar de un tema del que nadie se toma el tiempo de hablar, me refiero a los miedos, al miedo que nos hace dudar, al miedo que no nos dejar volar, al miedo que impide que lleguemos al éxito, al miedo que impide que triunfes, al miedo responsable de tus bajos logros, al miedo que le ha dado color a tu vida y por el cual hoy vives una realidad mediocre.

Durante mucho tiempo vi y sentí el miedo como algo normal, como un patrón fisiológico que nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos, lo cierto es que me equivoque, porque el ser humano solo nace con un patrón regido por dos miedos, uno es el miedo a caer y el otro es el miedo al ruido. Éstos son un sistema de alarma dado a usted por la naturaleza como un medio de instinto de conservación.

El miedo normal es bueno. Usted logra oír un automóvil viniendo sobre la calle, y se echa a un lado para quedar con vida, el miedo momentáneo de ser atropellado es vencido por su acción; pero entonces ¿porque es que vivimos llenos de miedos?, porque los demás miedos fueron dados a usted por sus padres, familiares, maestros, y todos los que los influenciaron en sus primeros años. El miedo anormal tiene lugar cuando el hombre deja correr desenfrenada a su imaginación.
Conocí la  historia de una mujer que no pudo disfrutar de su luna de miel porque tenía miedo a viajar en avión por temor a que se cayera, no pudo viajar en barco por temor a que se hundiera, no pudo viajar en automóvil por temor a que chocara, me imagino que le tocó caminar de la iglesia a su casa.

El miedo es un enemigo oculto que como nadie ajeno al que lo posee lo logra sentir, este es difícil eliminarlo y al no atacarlo éste toma más fuerza, porque se alimenta solito. Por ello es que quise terminar esta serie hablando de los miedos porque el miedo es lo contrario de la fe, la fe es seguridad, es certeza, es confianza, es creer, es deseo y es expectativa; pero el miedo es duda, es barrera, es frenaje, es detenerse, es obstáculo y por último el miedo es dejar de hacer lo que debo hacer.

Como citaba anteriormente solo deberíamos de tener dos miedos y eso es normal. Usted no se acerca al borde de un abismo por miedo a caerse y eso es bueno; el miedo al ruido usted va caminando y al cruzar la línea férrea escucha el ruido de la locomotora del tren y usted por miedo a que le pase encima el tren usted se aparta, usted escucha un tiroteo y se detiene o busca donde cubrirse porque sabe que puede acercarse al peligro, el niño va caminando y de repente se detiene porque ve que hay que bajar gradas y tiene miedo caer; estos son los dos miedos impuestos por la naturaleza.

Lo demás miedos los aprendió solo o se los implantaron, al niño le dijeron que si lloraba se lo iba a llevar el coco, el niño nunca conoció al coco pero causante a ese miedo que implantaron hoy grande es un gran llorón porque por miedo al coco de pequeño dejó de llorar, también le dijeron que si no se dormía también se lo llevaría el coco y ahora que es un adulto hay que despertarlo porque de pequeño eso es lo único que aprendió y jamás conoció al coco; al niño le dijeron que se comiera todo lo del planto porque si no se lo iba a llevar la pelona (muerte) y mire que por el miedo a morirse hoy que es adulto pesa más de 300 libras; y así llegamos a adultos y la sociedad o la misma familia no deja de implantarnos miedos y pasa que cuando los papás le preguntan al niño o a la niña que va estudiar hoy que ya va a ingresar a la universidad el hijo contesta que quiere ser astronauta, doctor, bombero etc. Y que vemos… en vez de ver a los papás aplaudiendo la decisión del hijo lo que vemos es puro rechazo a sus decisiones, primero que esas carreras son muy caras y que son para personas inteligentes, que eso no da de comer, en fin metemos tantos miedo que al final el adolescente crece creyendo que no es posible sino solo lo que nos dicen que es fácil y de allí que los miedos se van apoderando del ser humano a tal grado que no somos capaces de intentar hacer algo que los demás no hayan hecho.

Alguien consciente e inconscientemente nos dice que eso es difícil, que nos va ir mal o que no lo vamos a lograr y ya nos matan la ilusión, porque la familia y sociedad así nos educó y como eso aprendimos eso es lo que somos, unos cobardes llenos de temores. 

Tengo por costumbre de hacer chiste con un amigo y le digo que la vida solo tiene dos colores o somos ocres o somos mediocres, y esto es muy cierto, o vencemos el miedo o toda  la vida vamos a pasar lamentándonos y si usted es mediocre sus frutos son bajos logros.

Una vez publique un estado que decía que la peor batalla no es cuando te enfrentas a un adversario fuerte; sino cuando te enfrentas a ti mismo, el problema es que siempre estamos buscando al enemigo donde no está, y como no lo vemos creemos que ya lo vencimos o que simplemente se fue… pero no nos damos cuenta que lo tenemos en nuestro interior y se llama miedo, Ralph Waldo Emerson, filósofo y poeta, dijo, “Haga lo que teme hacer, y la muerte del miedo está asegurada.”

Haga lo que teme hacer, Sálvele a sí mismo de todos sus miedos. El miedo solamente llegar hasta donde usted le permite vivir, el miedo no es más que un pensamiento en su mente, y usted teme de sus propios pensamientos y es por eso que pueden llegar a ser tan peligroso que hasta llega a matarnos.

En Job 3:25 el autor nos cuenta como él, en algún momento de su vida vivía llenos de temores y después de haberlo perdido todo dice:  “Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía” y no es que le esté profetizando pero lo que usted teme siempre le va a llegar, usted camina por la calle con temor a un atraco y téngalo por seguro que algo le va a pasar, usted ve que están entrevistando a alguien y lo primero que se le viene a la mente es que a usted lo van a despedir y al final terminan despidiéndolo, porque nuestro subconsciente asocia los temores como una orden y los materializa por ello es importante que usted se llene de afirmaciones positivas para que su fe de frutos con un mínimo esfuerzo.  

Ahora no se me emocione pero si está caminando sin Dios en su vida, no le va a ser tan fácil, el confiar en Dios es tener fe, es tener mi cosecha segura y cada vez que vencemos el miedo avanzamos y llegamos a lo que no conocíamos. David dice en Salmos 34:4 busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.

Tenga claro que si cada vez que va a emprender algo o está por cumplir una meta, si usted vive lleno de temores todos los retos que la vida le imponga van a ser ingredientes para que el resultado sea un fracaso total y rotundo. El éxito es de aquellos que lo arrebatan, el mundo globaliza día a día, es por ello que las oportunidades nunca están estáticas, así que no se detenga esperando lo que nunca va a llegar, porque su oportunidad es hoy, inténtelo una y otra vez, luche por lograr su objetivo, camine con fuerza y destruya todo obstáculo enfrentando sus miedos, el miedo solo tiene la fuerza que usted le da, es solo un pensamiento, es la distancia que hay entre el punto donde usted está y  su objetivo.

 Llénese de fe y su miedo van a ir desapareciendo recuerde que cuando actuamos por fe no estamos solos, porque lo hacemos creyendo en ese ser supremo que lo puede todo, Isaías 41:10 dice: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Es mi deseo que esta serie sea motivación para que luche con firmeza y viva una vida saludable; es un placer escribir para usted que se toma el tiempo de leerme, la vida sigue, el mundo cambia y Dios está allí esperando tan solo que usted le crea y él hará maravillas en su vida y la de los suyos. Recuerde que jamás va a llegar a donde quiere ir si no sabe de dónde viene, no le tenga miedo a lo que no ve y su fe le hará cosechar grandes cosas pero luche despierto, que el dinero nunca duerme.


Veas las publicaciones anteriores de esta serie: El maravilloso mundo de la Fe.

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