jueves, 24 de noviembre de 2016

Cuando Dios quiere tratar contigo

Cuando Dios quiere tratar contigo


Éxodo 5:1
Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.

Y cuentan las escrituras que Dios calló por más de 400 años ante el clamor de Israel cuando eran oprimidos por los Egipcios. Durante muchas generaciones quizás se hayan hecho la misma pregunta, porque  Dios no contestaba las peticiones de su pueblo que estaba siendo oprimido; pero sabe que a pesar que eran oprimidos y esclavos del trabajo y maltrato dicen las mismas escrituras que este pueblo crecía y se multiplicaba en gran número, sabe que muchas veces nosotros queremos que Dios se manifieste cuando le clamamos pero Dios se manifiesta cuando él quiere y donde él quiere.
                                                                                                                             
Hay ocasiones en la vida en donde nos sentimos bien porque estamos llevando una vida cómoda pero Dios no quiere manifestarse allí porque muchas veces allí hay cosas de nosotros que a Dios no le gustan, mire como Dios empieza a tratar con Israel pero fuera de donde ellos estaban y vemos como Dios empieza a tratar con ellos después de haber guardado silencio por muchos años y manda a su siervo Moisés y a Aarón para que saque a su pueblo de Egipto y los lleve a un lugar que más adelante iba a indicar para que le sirvieran, lo que nos indica que Dios no les había abandonado y siempre había estado pendiente de ellos y cuando les responde era para darles algo mejor, les iba a dar libertad, les iba a dar tierra propia, un territorio propio, un lugar propicio donde Dios les iba a bendecir. Porque el que nos sintamos conforme con la vida que estamos llevando no significa que a Dios le guste tu estilo de vida, tus amistades, tu trabajo, tu conducta, tus mañas, tus cargas y así nos olvidamos de clamar a Dios porque lo que tenemos es suficiente para sobrevivir y es ahí que Dios empieza a tratar con sus hijos cuando empezamos a dar prioridad a otros dioses más que a aquel que nos ha dado la vida.

Empezamos a ser tratados por Dios cuando nos empieza a quitar los dioses que están estorbando ese crecimiento espiritual a tal punto de quedarnos sin nada y se nos empiezan a cerrar todas las puertas y mire que bonito suena cuando encontramos a amigos que en la aflicción te dicen “ tranquilo se te ha cerrado una puerta pero ya llegaran mejores oportunidades” pero le tengo una noticia cuando Dios quiere tratar con sus hijos se le van a cerrar todas las puertas para que aprendamos a depender totalmente de su gracia porque lo que el mundo tiene para ti es peor que lo que Dios te ha quitado; mas lo que Dios te va a dar es más de lo que pensaste tener en toda tu vida. En ese punto empezamos a echarle la culpa a los amigos, a todos aquellos a quienes les hemos hecho favores porque empezamos a tocar puertas cuando sentimos que todo está perdido, cuando estamos a punto de perder la casa, cuando perdemos el trabajo, la familia, cuando nos dicen que estamos enfermos de muerte y tantas cosas que usted y yo sabemos que afligen el alma.

Entienda esto que para que la bendición pueda caber en sus manos, sus manos tienen que estar vacías pero verdad que da miedo quedarnos sin nada, en un artículo anterior hacía mención que para que Dios nos bendiga tenemos que estar mal pero a quien le gusta estar mal creo que a nadie, lo cierto es que a todos nos pasa y si no le ha pasado téngalo por seguro que en algún momento de su vida le van a llegar aflicciones en donde Dios quiere tratar con usted.

Éxodo 16:2-3
Y toda la congregación de los hijos de Israel  murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: ojalá hubiéramos muerto por manos de Jehová en la tierra de Egipto; cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a esta multitud.

En este versículo vemos a un Israel sin fe, murmuraban porque habían puesto sus ojos en lo material, mas habían dejado de buscar a Dios. Nótese que el pueblo de Israel no estaba mal, ni tampoco los Egipcios los tenían aguantando hambre, ellos tenían comida en abundancia, al murmurar ellos mismos dicen “cuando nos sentábamos a las ollas de carne a comer hasta saciarnos” ellos tenían comida en abundancia estando bajo el yugo de los Egipcios razón por la cual se sentían cómodos ; todos somos así, cuando estamos más o menos bien dejamos de buscar a Dios o simplemente ya no es prioridad en nuestra vida y son otros dioses lo que llegar a ser prioridad es así que a veces tenemos que perder grandes cosas, cosas buenas, porque dentro de esas grandes cosas Dios no está allí, le cerramos la puerta en nuestro corazón, por eso Dios nos quita cosas grandes para poder hablar con sus hijos y vemos como el pueblo de Israel empezó a portarse mal cuando ya eran libre y estaban fuera de donde ellos clamaban para ser libre.

En Hechos 7:42 dice que Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas.

Se da cuenta porque no vemos respuesta cuando pasan días, meses y años y las aflicciones van en aumento, porque cuando dejamos de humillarnos Dios se aparta de nosotros y hacemos el proceso más largo  y nos va a tocar esperar más de lo que nos corresponde esperar y quizá muramos esperado algo que quizá nunca va a llegar porque nos apartamos de Dios y empezamos a tocar puertas que nos son las apropiadas  y es allí que llevamos vidas torcidas, vidas no rectas, conductas inapropiadas dependiendo de los hombre, de otros dioses porque en la necesidad seguimos rebeldes a la voluntad de Dios.

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