Tus pecados siempre te alcanzaran
La acción de hacer algo negativo según el plan de
Dios siempre tendrá un efecto y es lo que pasa en la vida de cada ser humano y
me refiero al alcance que tienen los pecado en la vida de cada persona. Al
hablar del alcance del pecado no me refiero a su trascendencia histórica de
cómo nos ha alcanzado desde Adán hasta nuestro hijos; me refiero a sus consecuencias y es que todo
aquello que hagamos erróneamente siempre va a tener un efecto que aunque al principio
no veamos su resultado al final siempre nos va pasar esa factura.
Pensemos un poco en David aquel día que erróneamente
puso su mirada en la mujer de Urías y cae en adulterio, como consecuencia de su
pecado le nace un hijo y luego muere y esto fue muy duro para él.
2° de Samuel 12:11-15 Así ha dicho Jehová: he
aquí yo hare levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres
delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a
la vista del sol porque tú lo hicisteen secreto; mas yo haré esto delante de
todo Israel y a pleno sol. Entonces dijo David a Natán: peque contra Jehová. Y
Natán dijo: también Jehová ha remitido
tu pecado; no morirás.
Mas por cuanto
con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha
nacido de ciertamente morirá.
Y Natán se
volvió a su casa.
Y Jehová hirió
al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente.
Si leemos detenidamente todo este párrafo de la
biblia de 2 de Samuel vemos acontecimiento que llegaron a la vida de David y que le causaron gran dolor y
todo como consecuencia de su pecado.
La biblia dice
en números 32:23 más si así lo hiciereis habréis pecado ante Jehová; y sabed
que vuestro pecado os alcanzará.
Hay consecuencia terribles al pecar contra Dios, tal
es el caso de Jerusalén en tiempos de Nehemías, la biblia dice que cuando
Nehemías llega Jerusalén descubre que la ciudad estaba en ruinas.
Y salí de noche por la puerta del valle hacia la fuente del dragón y a la puerta del
muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas estaban consumidas por el fuego. Pasé a la
puerta de la fuente, y al estanque del rey; pero no había lugar por donde
pasase la cabalgadura en que iba
Nehemías 2:13-14.
Acá vemos otro ejemplo de cómo el pecado alcanzó sus
muros pues había sido inundado y sitiado por los invasores.
La condición de esta gente no era favorable pues los
que llegaron a ver a Nehemías a Persia le expresaron lo siguiente:
Y me dijeron:
el remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en las provincias, están
en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas
a fuego. Nehemías 1:3.
Muchas personas cuestionaron a Dios por lo que les
sucedió al pueblo. La biblia dice que todo esto les había ocurrido a
consecuencia de propio pecado, Nehemías en el capítulo 1 Versículo 6 confiesa
el pecado que los hijos de Israel habían cometido contra Dios. Esto nos pasa en
estos días que cada vez que ves que nos sucede algo malo culpamos a Dios o le
cuestionamos que porque llegan estas situaciones tan dolorosas a nuestra vida y
la culpa no es de Dios sino de nosotros mismos; porque no hay pecado que no nos
alcance y me refiero a su consecuencia.
En lo personal cada vez que me sucede algo
desagradable ya no cuestiono a Dios, lejos de eso le agradezco porque si Dios
no tuviera misericordia de mi creo que en un instante podría acabar con mi
vida; Pero grande y misericordioso es mi Dios que a pesar de ser rebeldes nos
da fuerzas para soportar lo que nos sucede.
Sabes, que de
esta vida nadie se va debiendo nada, usted hace y aquí mismo le cobraran; así
como tú haces así mismo recibes; así como tú pagas así recibes el vuelto.
Toda acción del ser humano trae su efecto positivo
para bendición y negativo igual a dolor, sufrimiento, angustia, llanto,
tristeza, persecución etc.
Tú decides de qué lado quieres estar si los que
gozan o con los que lloran…..
No importa qué tipo de vida estés llevando, hoy es
el momento de actuar y entregarte por completo a nuestro señor Jesucristo
porque él es el único que tiene misericordia de nosotros.
No acarreamos maldición para nuestros hijos, con
nuestras acciones en la carne