Dice un dicho popular “Solo uno sabe donde le aprieta el
zapato”; lo cual significa que solo uno mismo conoce los problemas que se están
viviendo o solo uno mismo conoce cuan grade es el anhelo por algo que no se
tiene; en esta vida siempre habrán cosas que querremos pero que no tenemos, la
pregunta es ¿Qué estamos haciendo por conseguirlas?. En la biblia hay una
historia muy impactante para mi vida y es la de Ana.
“Hubo un hombre de Ramataim, sufita
de los montes de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham hijo de Eliú,
hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Tenía dos mujeres; el nombre de una era
Ana, y el de la otra, Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no los tenía. Todos
los años, aquel hombre subía de su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a
Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí: Ofni y Finees,
sacerdotes de Jehová. Cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio,
daba a Penina, su mujer, la parte que le correspondía, así como a cada uno de sus
hijos e hijas. Pero a Ana le daba una parte escogida, porque
amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos. Y su rival la
irritaba, enojándola y entristeciéndola porque Jehová no le había concedido
tener hijos.” 1 Samuel 1:1-6
El anhelo de Ana era ser madre ella quería con todas sus
fuerzas dar fruto, muchas veces en la vida anhelamos dar fruto, ser un buen
estudiante, tener un mejor trabajo, una familia, hay muchas áreas infértiles en
la vida que nos causan tristeza; pero la enseñanza de esta reflexión es sobre entregar
esos anhelos a quien verdaderamente puede hacer algo, Ana venia cada año a
ofrecer a sacrificios a Dios, ella no se había rendido, no había aceptado su condición
y lo mejor de todo estaba buscando a quien podía cambiar su tristeza en gozo.
¿Te has rendido ya? ¿Crees que tu vida será así siempre?
Porque no haces lo que Ana hizo, ella entrego ese anhelo al todopoderoso, busca
a Dios y no te rindas no te entregues al fracaso, porque Dios puede hacer
maravillas, el Dios que la Biblia habla, ese Dios de milagros todavía está
contigo, Ana paso años buscando el favor de Dios, quizás tu llevas igual años, queriendo
alcanzar algo que ves muy lejos. Pero ser constantes y no dejar morir los
sueños tiene recompensa, sino lee las palabras de Ana luego de tener la
respuesta de Dios.
“Mi corazón se
regocija en Jehová, mi poder se exalta en Jehová;
mi boca se ríe de mis enemigos, por
cuanto me alegré en tu salvación.”1
Samuel 2:1
Al final Ana cayo la boca de quien se
burlaba de ella, no te gustaría demostrar que Dios maravilloso es el que
tienes, mucha gente quizás critique que tus sueños se han frustrado, pero si
entregas tu anhelo de todo corazón en las manos de Dios te aseguro que no
quedaras burlado, y el fruto que anhelas dar se puede hacer una verdad.
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