EL MENÚ DE DIOS
Para que nuestro cuerpo funcione correctamente
necesitamos alimentarnos bien, llevar una dieta balanceada que nos proporciones
todas la proteínas que nuestro cuerpo necesita para llevar una vida sana, si no
nos alimentamos bien nuestro cuerpo no va a funcionar como esperamos y es
posibles que no enfermemos.
Igual es una vida en CRISTO ya que necesitamos de
varios ingredientes para alimentarnos
espiritualmente y poder caminar sin tropiezo alguno, me refiero a la oración,
congregarnos y meditar en su palabra.
LA
ORACIÓN;
entiéndase como una plática en donde podemos comunicarnos con nuestro padre celestial.
Sin la oración no nos fuera posible comunicarnos
con nuestro SEÑOR, para agradecer, para pedir sanidad, protección y grandes
bendiciones que están destinadas para aquellos que le claman de corazón y que
su clamor es continuo.
1
Tesalonicenses 5:17 “orad sin cesar”
Isaías
65:24
Y será que antes que
clamen, responderé yo; aun estando ellos hablando, yo habré oído”.
LECTURA
BÍBLICA.
Necesitamos meditar en su palabra, la lectura
bíblica es nuestra guía para seguir caminando hasta el final; es el manual de
nuestra vida donde DIOS se revela y encontramos consuelo para fortalecernos en
la debilidad o gozarnos cuando estamos fortalecidos.
Y este es un mandato de DIOS en Josué 1:8 “
nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está
escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
La meditación en su palabra nos sustenta a tal
grado que nos llena de gozo, así estemos pasando por momentos de aflicción,
Dios siempre nos da consuelo y nos revela la respuesta que alienta nuestra vida
por medio de su palabra.
LA
IMPORTANCIA DE CONGREGARNOS
Porque cuando nos congregamos fortalecemos el
alma, avivamos al Espíritu Santo que mora en nosotros, congregándonos logramos
estar más cerca de de Dios y fortalecernos nuestra fe.
Romanos
10:17 “así que la fe es por oir, y el oir,
la palabra de Dios”.
Mateo
18:20
“porque donde están dos o
tres congregados en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos”.
Cuando dejamos de congregarnos nos enfriamos a tal
grado que ya no le hallamos sentido a la oración, ni a la lectura bíblica, perdemos
ese deseo de alimentarnos y si oramos es de los labios hacia afuera; pero ya no
es algo que nace del corazón, porque conciente ó inconcientemente nos estamos
alejando de nuestro creador, dándole espacio a que el enemigo empiece a
atacarnos pintándonos cosas bonitas para que caigamos en tentación; por eso el
SEÑOR nos alerta en su palabra a no desmayar.
Hebreos
10:25
“no dejando de
congregarse como algunos tienen por costumbre”.
Porque nuestro creador sabe que cuando dejamos de
congregarnos, es cuando en enemigo usará todas sus armas para derrotarnos.
Es bien importante mantener un buen menú en
nuestra dieta, pero no descuidemos la receta que Dios nos ofrece, porque solo
orando, congregándonos y meditando en su palabra vamos a poder cerrarle todas
las puertas al enemigo.
“Un verdadero hijo de Dios es aquel que no sea aparta de su
palabra, se congrega y su oración es constante”
No hay comentarios:
Publicar un comentario