¿Por qué no puedo levantarme?
2 de Samuel 4:4 Y Jonatán
hijo de Saúl tenia
un hijo lisiado de los pies. Tenía 5 años de edad
cuando llegó la noticia de Jezreel de la
muerte de Saúl y de Jonatan y su nodriza lo tomó y huyó; y mientras iba huyendo
apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset.
Historias que nos dejan una gran enseñanza y nos
relatan las escrituras que este niño queda lisiado para toda la vida porque
cuando su niñera huía para salvarle la vida, el niño se le cae y queda cojo
debido a la caída, la historia no es muy alentadora que digamos porque lo que
nos narra es una tragedia que le ocurre a un niño después de haber perdido en
la guerra a toda su familia y mire que alentador porque a parte que ya no tenia
ni papá ni mamá ahora estaba cojo,
prácticamente estaba acabado.
Me pregunto a cuanto de nosotros nos ha pasado igual
que una mala decisión nos haya marcado para toda la vida, decisiones que van
fuera del contexto espiritual y esto nos
lleva a pagar el precio, a vivir con recuerdos que amargan nuestro diario vivir,
porque el pecado destruye vidas, familias y generaciones pero jamás construye.
El cristiano de hoy en día ha perdido la seriedad de
vivir en santidad, estamos siendo
manipulados por corrientes del mundo porque hemos convertido la religión en un
patrón de rutina solo para mantenernos ocupado o alejado de lo que creemos que
es pecado, pero no vivimos para el
propósito para el cual fuimos creados; es por ello que muchas veces
cuando venimos a querer levantarnos ya no tenemos animo de seguir luchando
porque estamos lisiados y perdemos la capacidad de levantarnos.
No se si alguna vez se ha preguntado que porque no podemos levantarnos, ¿porque
sentimos que por mas que lo intentemos solo vamos de retroceso?, ya no hay
pasión por lo que hacemos pero el problema es que aunque estemos pasando por
las aflicciones casi nunca nos preocupamos por lo que es urgente resolver y es
allí que empezamos a caer y tenga claro que el no hacer nada para solucionar lo
que sabemos que no está bien no significa que esto va a mejorar; significa que
vamos a seguir cayendo; por ello el primer paso es identificar quien me botó,
de donde me botaron, porque me botaron, pero lo mas difícil siempre va ser
levantarnos, porque cuando empezamos a caminar fuera de Cristo nos
acostumbramos a vivir en una vida adornada de pretextos para seguir sufriendo
porque aunque nos duela no queremos apartarnos de lo que nos causa dolor.
Cuando a iba a primaria tuve un compañero que
jugando futbol sin zapatos se paró en un vidrio de una botella que habían
quebrado y el vidrio le quedó dentro de la planta del pie y como le dolía no se
lo sacó y empezó a caminar colocando el pie de lado para no lastimarse; el día
siguiente me lo encontré y lo vi caminando cojo y le pregunte que si ya se lo
había sacado y dijo que no porque le dolía mucho pero sino asentaba por
completo el pie entonces le dolía poco; irónico porque así somos preferimos que
el pecado nos lastime a tener que frenar aquellas caídas que nos causan dolor así
como este joven que prefería que doliera poco y todos los días a sacrificarse
un tan solo instante y dejar de padecer; pero esa es la vida que adoptamos,
preferimos que nos duela toda la vida a cortar de raíz aquello que nos está
estorbando ese caminar espiritual y por tal razón es que muchas veces no
podemos levantarnos, porque levantarnos significa que tenemos que sacrificar
aspectos de nuestras vida que no construyen, pero bien queremos que Cristo haga
magia pero nosotros no queremos hacer nada…
Lo vivo y lo veo y me da tristeza porque a diario
veo como hay personas que se lamentan porque no son felices pero aun sabiendo
que hay cosas que están haciendo y sabiendo que no están bien no quieren
corregirlas. Triste pero es real porque no quieren entender que para ser santo
hay que buscar la santidad y vivirla.
Volviendo a la biblia en el versículo 9:8 de 2 de
Samuel luego que David había establecido su reino, pregunta si había quedado
alguien de la familia del rey Saúl para devolverle todo lo que era de su padre
y se viene a enterar que solo había un nieto con vida Mefi-boset el hijo de
Jonatan que estaba lisiado de los pies y cuando están frente a frente
Mefi-boset le dice al rey David ¿Quién es tu siervo para que mires a un perro muerto
como yo?, nótese en la frase de Mefi-boset que ya se había acostumbrado a vivir
una vida de precariedad, había puesto por pretexto su caída y no quería
levantarse, había perdido esa pasión por superarse, prácticamente lo único que
esperaba era algún día morir, no veo a un Mefi-boset aplaudir de alegría porque
había hallado gracia ante los ojos del rey y se denigraba así mismo creyendo
que porque un día lo perdió todo ya no podía ocurrirle nada bueno y mire como
este versículo nos revela que el orgullo nunca nos lleva a nada bueno porque
aquí vemos a un Mefi-boset cómodo, tal vez pensaba que porque era lisiado no
podía aspirar a mas y nunca buscó la misericordia del rey sino que fue el rey el que tuvo que
buscarlo para devolverle lo que era de su padre Jonatan.
Sabe que es eso mismo lo que no nos permite
levantarnos y jamás vamos a poder levantarnos porque estamos luchando solo,
Mefi-boset no hubiera logrado levantarse por sí solo; quizá luchemos toda una
vida y no logremos nada porque hasta que reconozcamos que necesitamos de la
misericordia de nuestro Creador nunca vamos a poder levantarnos, mientras
sigamos caminando en nuestro propio ego creyendo que podemos solos vamos a
morir lisiados.
Si David hizo misericordia con Mefi-boset que ni le
conocía, imaginémonos que no puede hacer Dios en nuestra vida que no negó ni a
su propio hijo para que hoy tengamos vida. Hoy Cristo puede transforma nuestra
vida, hoy Cristo puede levantarnos pero no hagamos como Mefi-boset que tal vez
anhelaba un mejor estilo de vida pero nunca buscó al rey, dejemos que nuestro
Rey gobierne nuestra vida porque apartarnos del Señor es hacernos daños a
nosotros mismos y como eso es lo que hemos estado haciendo no nos podemos
levantar.
Quizá hayas identificado quien te botó, quizá estés
llevando una vida de retroceso y los bajos logros son tu desayuno, almuerzo y
cena, esos hijos rebeldes, ese cónyuge que te maltrata, ese cónyuge infiel,
matrimonio que solo son fachada, esos vecinos insoportables, esas
calificaciones que no son nada alentadoras, suéltate de donde estas y no sigas
creyendo que puedes solo, de creer que no estás tan mal que están peores otros,
porque que crees que es pasajero te
puede dejar lisiado de por vida y recuerde que es preferible que nos duela
tomar una decisión hoy a que por orgullo o cobardía tengamos que gemir toda la
vida.
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