domingo, 16 de abril de 2017

¿Por qué no puedo levantarme?

¿Por qué no puedo levantarme?


2 de Samuel 4:4 Y Jonatán hijo de Saúl tenia
un hijo lisiado de los pies. Tenía 5 años de edad cuando llegó la noticia de Jezreel  de la muerte de Saúl y de Jonatan y su nodriza lo tomó y huyó; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset.

Historias que nos dejan una gran enseñanza y nos relatan las escrituras que este niño queda lisiado para toda la vida porque cuando su niñera huía para salvarle la vida, el niño se le cae y queda cojo debido a la caída, la historia no es muy alentadora que digamos porque lo que nos narra es una tragedia que le ocurre a un niño después de haber perdido en la guerra a toda su familia y mire que alentador porque a parte que ya no tenia ni papá ni mamá  ahora estaba cojo, prácticamente estaba acabado.
Me pregunto a cuanto de nosotros nos ha pasado igual que una mala decisión nos haya marcado para toda la vida, decisiones que van fuera del contexto espiritual  y esto nos lleva a pagar el precio, a vivir con recuerdos que amargan nuestro diario vivir, porque el pecado destruye vidas, familias y generaciones pero jamás construye.

El cristiano de hoy en día ha perdido la seriedad de vivir en santidad, estamos  siendo manipulados por corrientes del mundo porque hemos convertido la religión en un patrón de rutina solo para mantenernos ocupado o alejado de lo que creemos que es pecado, pero no vivimos para el  propósito para el cual fuimos creados; es por ello que muchas veces cuando venimos a querer levantarnos ya no tenemos animo de seguir luchando porque estamos lisiados y perdemos la capacidad de levantarnos.

No se si alguna vez se ha preguntado que  porque no podemos levantarnos, ¿porque sentimos que por mas que lo intentemos solo vamos de retroceso?, ya no hay pasión por lo que hacemos pero el problema es que aunque estemos pasando por las aflicciones casi nunca nos preocupamos por lo que es urgente resolver y es allí que empezamos a caer y tenga claro que el no hacer nada para solucionar lo que sabemos que no está bien no significa que esto va a mejorar; significa que vamos a seguir cayendo; por ello el primer paso es identificar quien me botó, de donde me botaron, porque me botaron, pero lo mas difícil siempre va ser levantarnos, porque cuando empezamos a caminar fuera de Cristo nos acostumbramos a vivir en una vida adornada de pretextos para seguir sufriendo porque aunque nos duela no queremos apartarnos de lo que nos causa dolor.

Cuando a iba a primaria tuve un compañero que jugando futbol sin zapatos se paró en un vidrio de una botella que habían quebrado y el vidrio le quedó dentro de la planta del pie y como le dolía no se lo sacó y empezó a caminar colocando el pie de lado para no lastimarse; el día siguiente me lo encontré y lo vi caminando cojo y le pregunte que si ya se lo había sacado y dijo que no porque le dolía mucho pero sino asentaba por completo el pie entonces le dolía poco; irónico porque así somos preferimos que el pecado nos lastime a tener que frenar aquellas caídas que nos causan dolor así como este joven que prefería que doliera poco y todos los días a sacrificarse un tan solo instante y dejar de padecer; pero esa es la vida que adoptamos, preferimos que nos duela toda la vida a cortar de raíz aquello que nos está estorbando ese caminar espiritual y por tal razón es que muchas veces no podemos levantarnos, porque levantarnos significa que tenemos que sacrificar aspectos de nuestras vida que no construyen, pero bien queremos que Cristo haga magia pero nosotros no queremos hacer nada…

Lo vivo y lo veo y me da tristeza porque a diario veo como hay personas que se lamentan porque no son felices pero aun sabiendo que hay cosas que están haciendo y sabiendo que no están bien no quieren corregirlas. Triste pero es real porque no quieren entender que para ser santo hay que buscar la santidad y vivirla.

Volviendo a la biblia en el versículo 9:8 de 2 de Samuel luego que David había establecido su reino, pregunta si había quedado alguien de la familia del rey Saúl para devolverle todo lo que era de su padre y se viene a enterar que solo había un nieto con vida Mefi-boset el hijo de Jonatan que estaba lisiado de los pies y cuando están frente a frente Mefi-boset le dice al rey David ¿Quién es  tu siervo para que mires a un perro muerto como yo?, nótese en la frase de Mefi-boset que ya se había acostumbrado a vivir una vida de precariedad, había puesto por pretexto su caída y no quería levantarse, había perdido esa pasión por superarse, prácticamente lo único que esperaba era algún día morir, no veo a un Mefi-boset aplaudir de alegría porque había hallado gracia ante los ojos del rey y se denigraba así mismo creyendo que porque un día lo perdió todo ya no podía ocurrirle nada bueno y mire como este versículo nos revela que el orgullo nunca nos lleva a nada bueno porque aquí vemos a un Mefi-boset cómodo, tal vez pensaba que porque era lisiado no podía aspirar a mas y nunca buscó la misericordia  del rey sino que fue el rey el que tuvo que buscarlo para devolverle lo que era de su padre Jonatan.

Sabe que es eso mismo lo que no nos permite levantarnos y jamás vamos a poder levantarnos porque estamos luchando solo, Mefi-boset no hubiera logrado levantarse por sí solo; quizá luchemos toda una vida y no logremos nada porque hasta que reconozcamos que necesitamos de la misericordia de nuestro Creador nunca vamos a poder levantarnos, mientras sigamos caminando en nuestro propio ego creyendo que podemos solos vamos a morir lisiados.

Si David hizo misericordia con Mefi-boset que ni le conocía, imaginémonos que no puede hacer Dios en nuestra vida que no negó ni a su propio hijo para que hoy tengamos vida. Hoy Cristo puede transforma nuestra vida, hoy Cristo puede levantarnos pero no hagamos como Mefi-boset que tal vez anhelaba un mejor estilo de vida pero nunca buscó al rey, dejemos que nuestro Rey gobierne nuestra vida porque apartarnos del Señor es hacernos daños a nosotros mismos y como eso es lo que hemos estado haciendo no nos podemos levantar.
Quizá hayas identificado quien te botó, quizá estés llevando una vida de retroceso y los bajos logros son tu desayuno, almuerzo y cena, esos hijos rebeldes, ese cónyuge que te maltrata, ese cónyuge infiel, matrimonio que solo son fachada, esos vecinos insoportables, esas calificaciones que no son nada alentadoras, suéltate de donde estas y no sigas creyendo que puedes solo, de creer que no estás tan mal que están peores otros, porque  que crees que es pasajero te puede dejar lisiado de por vida y recuerde que es preferible que nos duela tomar una decisión hoy a que por orgullo o cobardía tengamos que gemir toda la vida.


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