¿Y a ti quien te botó?
Y Jonatan hijo de Saúl tenía
un hijo lisiado de los pies. Tenía 5 años de edad cuando llegó de Jezreel la
noticia de la muerte de Saúl y de Jonatan y su nodriza lo tomo y huyo; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le
cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset.
He leído tanta veces las
sagradas escrituras y siempre me he preguntado por que aparece la historia de
este muchacho ¿Cuál es la enseñanza que nos quiere plasmar con estas historias
que están en la escrituras y se leen una y otra vez y uno no entiende nada. Y
esta es la historia de un niño de apenas 5 años de edad, él cual era hijo de
Jonatan hijo de Saúl rey de Israel.
Mefi-boset era un niño el
cual por ser de la realeza tenia
privilegios y se podría decir que nada le faltaba, vivía como príncipe en el
palacio del rey su abuelo Saúl; un niño que estaba acostumbrado a llevar una
vida de príncipe y de un día para otro le cambia la vida.
Esto ocurre cuando llega la
noticia que su padre Jonatan y su abuelo el rey habían sido asesinado y por ser
el único del linaje de la realeza que quedaba con vida corría peligro y es así
que su niñera trata de esconderlo para evitar que lo asesinaran y en su afán de
salir a toda prisa se le cae el niño y este queda lisiado para toda su vida y
se van para una tierra donde estaban los refugiados una tierra llamada LODEBAR donde se iban a huir los que eran
perseguidos, una tierra árida, una tierra desierta nada digno de un príncipe y
no porque fuera culpable sino que por una decisión basada en emociones alguien
que no quería hacerle daño lo botó y lo condena a vivir lisiado para toda la
vida.
Me da tristeza cuando pienso
como le cambia la vida a un pobre niño que no debía nada ni había hecho nada;
lo cierto que es esta historia es como un espejo de lo que muchas veces nos
pasa y es que cuando estamos aprendiendo a caminar, cuando la vida empieza a
ser fructífera, llena de grandes bendiciones; por ese mismo afán de querer avanzar
y querer hacer algo diferente nos confiamos y viene alguien y nos bota de donde
estamos, y nos deja marcados para toda la vida: decisiones que marcan,
decisiones que duelen, decisiones basadas en emociones siempre tienen a ser
equivocadas; seguimos conductas inapropiadas, patrones que no en todas las
personas florecen y no es que en todos los caso quien nos bota es que quiera
hacernos daños pero lo cierto es que toda decisión fuera del contexto
espiritual nunca viene a ser asertiva y en su mayoría los resultados son
desastrosos y digo esto porque el pecado siempre deja ese sabor amargo con el
que tal vez tengamos que cargar toda la vida.
Cuando llevamos un ciclo de
vida en donde Cristo es nuestra prioridad, caminamos y actuamos por fe, aunque
no tengamos nada nos sentimos bien; pero
si no tenemos tacto en lo que hacemos y lo que decidimos siempre va haber
alguien que nos va botar de la gracia Divina, nadie se cae solo, nadie se hace
daño por si solo, siempre es alguien que te bota y venimos a parar al LODEBAR
como Mefi-boset a esa tierra de refugiados, a esa tierra desierta y creemos que
eso es normal cuando nos acostumbramos a vivir en pecado es allí que dejamos de
producir porque el hecho que abunde la caridad humana no significa que estemos
bendecidos; cuando usted y yo somos hijos de un Rey dejamos que nos alimenten
la migajas de otros.
Lo bello de esta historia es
que luego que el rey David había establecido su reino (2 de Samuel 9:1-5),
pregunta a sus siervos si había quedado alguien de la casa de Saúl a quien
pueda hacer misericordia y allí habían un siervo de la casa de Saúl quien se
llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David y este le cuenta que ha
quedado un hijo de la realeza hijo de Jonatan lisiado de los pies y el rey
David en su afán de querer ayudarlo lo manda a traer para entregarle lo que era de
su padre y cuando están frente a frente, Mefi-boset le dice a David ¿Quién es tu
siervo, para que mires a un perro muerto como yo? (2 de Samuel 9-8).
Así nos comportamos cuando
nos acostumbramos a que el pecado nos pisotee, creemos que nos merecemos llevar
esa vida de precariedad anhelando cosas que no nos merecemos por ser hijos del
Rey y así como Mefi-Boset no se sentía merecedor de la misericordia del rey
David; así nos sentimos cuando estamos caminando apartado de lo espiritual,
cuando Dios hace ratos que dejó de ser prioridad en nuestra vida.
Creemos que porque alguien
nos botó de donde estábamos y que íbamos tan bien y esa caída nos hizo tal daño
que no creemos ser merecedores de la misericordia de nuestro padre para levantarnos
de nuevo, porque Satanás es así, cuando hemos estado en el suelo tanta veces el enemigo nos hace pensar que Dios ya no se
interesa por nosotros, porque estamos sucios, porque estamos manchados y por
ello Dios ya no nos puede perdonar y por ese temor es que preferimos vivir en
el LODEBAR.
Quizá se esté preguntando ¿y
a mi quien me botó?, ¿desde cuándo estoy caído?, ¿Por qué no puedo
levantarme? Y no necesariamente puede
ser una persona la que te haya botado, pero solo identificando que parte de
nuestro cuerpo esta lisiada a causa de esa caída, solo así nos vamos a poder
levantar, solo así reconoceremos que no merecemos vivir en el LODEBAR, y no esté buscando una caída literalmente;
quizá sean tus manos, tus pies, tus ojos, tus oídos, tu curiosidad las que te
llevaron a quedar lisiado; quizá sea tu orgullo el que no te deja seguir
adelante, esa falta de perdón por eso que te hicieron y que no era justo, esas
raíces de amargura que vienes cargando desde mas de una década; que parte de tu
cuerpo aun esta lisiada porque te botaron y no crees ser merecedor de volver a
levantarte, pues te tengo una noticia y es que la misericordia de nuestro Señor
Jesucristo es tan grande para con sus hijos que siempre quiere ayudarnos porque
somos sus herederos, quizá hoy sea ese momento de dejarnos ayudar, de aceptar
lo que nuestro Rey nos quiere dar, que nos dejemos cobijar de su eterna gracia,
que no nos sintamos culpables porque nos botaron, no sintamos vergüenza de
confesar que parte de nuestro cuerpo está lisiada.
Tal vez vivir en el LODEBAR
te parezca cómodo o te hayan hecho creer que eso es lo que te mereces, la verdad no es
cierto… deja que sea Cristo el centro de tu vida acepta con humildad sus
misericordias y recibe esa heredad que por ser de la realeza te corresponde, no
te condenes a vivir en esa tierra que no te produce nada, no te condenes a
vivir de las migajas que caen de la mesa pudiendo comer de lo que hay en la
mesa como Mefi-boset. Deja que la vida te sonría… despierta y levante y no veas
al mundo porque allí hay tantas manos que te quieren socorrer, pero de seguro
allí te van a botar; mientras que si dejas que sea Cristo quien te socorra él
nunca te va a botar porque estarás en
las manos correctas.
Quizá estemos ciegos y no
podamos identificar de donde nos botaron, quien nos boto, de donde nos caímos,
pero tú que eres mi señor, tú que eres mi padre guíame al buen camino,
muéstrame de donde y porqué estoy lisiado para no volver a cometer esos errores
del pasado, líbrame de esa costumbre de vivir en el DELODEBAR, permite señor
que sea productivo, que sea tu heredero para bendición del reino, haz
misericordia conmigo, déjame palpar tus bondades para poder comer en tu mesa;
alabado seas Señor por permitirme entender y comprender el porqué de las
historias que dejaste plasmada en las escrituras, porque en ellas tu nos
muestras que contigo siempre tenemos oportunidad de levantarnos.