martes, 15 de marzo de 2016

¿Cómo provocar la bendición de Dios?

¿Cómo provocar la bendición de Dios?


Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras”. Jeremías 17:10.

En la naturaleza humana podemos provocar el favor de alguien siempre que tratemos de agradar, y sabemos que es sencillo, cuando regalamos algún presente impactamos y provocamos el favor de aquella persona a quien le hemos regalado.
Muchos compartimos regalos el fin de año o para el mes de febrero  y tratamos de impactar regalando lo que creemos que le puede gustar a la otra persona y muchas veces porque queremos agradar a alguien y mire que bien se siente cuando a usted le sorprenden con algún presente “eso es provocar gracia” de parte suya, y si nosotros como carnales podemos hacer eso imagínese lo que puede hacer Dios si usted le regala… ¡ah pero que puedo regalarle a Dios! Podemos regalarle muchas cosas: tiempo, Oración, ofrenda, diezmo, alabanza etc. Porque el dar a Dios es esencial para crecer espiritualmente.

Sabía que podemos provocar la bendición de Dios sin que le pidamos nada; Yo puedo provocar a que mi esposa me regale un beso sin que se lo pida y muy fácil “cualquier día la puedo sorprender con ramo de rosas” y estoy seguro que su reacción sería un beso, porque cuando regalo provoco ese sentimiento en ella; es igual cuando ofrendamos no le estamos pidiendo nada a Dios pero lo movemos a misericordia y provoco que él me dé que traducido es bendición, igual es cuando diezmamos sabemos que es un mandato que trae consigo una promesa; el diezmar provoca a nuestro Señor y no es porque le estemos pidiendo, su palabra lo dice “probadme ahora en esto sino abriré las ventanas de los cielos” Malaquías 3:10

También cuando le cantamos alabanzas y no le estamos pidiendo nada precisamente pero esto provoca a que me bendiga; cuando estoy orando también provoco la bendición.
Toda palabra agradable a los ojos de Dios va a provocar a que Dios abra las ventanas de los cielos, porque el tener riquezas no es malo ni es pecado, siempre que sea para bendición del reino, pero si deseas bendición para que tu gloria se expanda sobre la faz de la tierra jamás vas a provocar a que Dios abra las ventanas de los cielos.

Dios siempre bendice cuando lo provocamos, porque Dios mismo sabe que las cargas, la enfermedad, las deudas, las preocupaciones matan, porque cuando estamos pasando por aflicciones prácticamente estamos muriendo, desmayamos y no encontramos a Dios por ningún lado y Dios sabe que no vamos a resistir tanto tiempo sin que haya alguna oferta del enemigo que nos parezca atractiva. Y es de esta forma como Satanás asalta a nuestro señor buscando esa brecha para poder robar lo que ya está apartado para el Señor. Es por eso que no debemos de dudar que Dios está bendiciendo generaciones siempre que lo que hagamos sea atractivo a los ojos de nuestro creador. Provoque a Dios, si nosotros siendo carnales sabemos agradecer y correspondemos hasta el más pequeño estimulo, cuanto mas no lo hará nuestro padre que está siempre pendiente de sus hijos.

No solo lo piense, hágalo… provoque a Dios y verá como Dios abrirá las ventanas de los cielos, si antes su record era de 5 asaltos en el año verá como eso se va reduciendo, quizá es de aquellas personas que todos los meses está haciendo fila en una clínica o el hospital porque solo enfermo pasa o sus parientes; le garantizo que verá como Dios se empieza a manifestar, porque es así como Dios trabaja, primero nos quita todo obstáculo reprendiendo al devorador para que la bendición se pueda disfrutar.

Gracias Señor por darme la oportunidad de expresar una vez más lo que tú has puesto en mi corazón, bendigo en gran manera a todo a aquel que decide creerte padre, que todo aquel que está pasando por un mal momento, seas tú quien le consuele, le fortalezca y le levantes, declaro que hoy se abren las ventanas de los cielos para todo aquel que provoque tu misericordia.
Que podamos buscarte siempre por medio de la oración, la alabanza, que seamos firmes en entregar esa parte que le corresponde para que haya alimento en tu casa. Amen



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