¿Cómo provocar la bendición de Dios?
Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para
darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras”. Jeremías
17:10.
En
la naturaleza humana podemos provocar el favor de alguien siempre que tratemos
de agradar, y sabemos que es sencillo, cuando regalamos algún presente
impactamos y provocamos el favor de aquella persona a quien le hemos regalado.
Muchos compartimos regalos el fin de año o para el mes de
febrero y tratamos de impactar regalando
lo que creemos que le puede gustar a la otra persona y muchas veces porque
queremos agradar a alguien y mire que bien se siente cuando a usted le
sorprenden con algún presente “eso es provocar gracia” de parte suya, y si
nosotros como carnales podemos hacer eso imagínese lo que puede hacer Dios si
usted le regala… ¡ah pero que puedo regalarle a Dios! Podemos regalarle muchas
cosas: tiempo, Oración, ofrenda, diezmo, alabanza etc. Porque el dar a Dios es
esencial para crecer espiritualmente.
Sabía que podemos provocar la bendición de Dios sin que le
pidamos nada; Yo puedo provocar a que mi esposa me regale un beso sin que se lo
pida y muy fácil “cualquier día la puedo sorprender con ramo de rosas” y estoy
seguro que su reacción sería un beso, porque cuando regalo provoco ese
sentimiento en ella; es igual cuando ofrendamos no le estamos pidiendo nada a
Dios pero lo movemos a misericordia y provoco que él me dé que traducido es
bendición, igual es cuando diezmamos sabemos que es un mandato que trae consigo
una promesa; el diezmar provoca a nuestro Señor y no es porque le estemos
pidiendo, su palabra lo dice “probadme ahora en esto sino abriré las ventanas
de los cielos” Malaquías 3:10
También cuando le cantamos alabanzas y no le estamos pidiendo
nada precisamente pero esto provoca a que me bendiga; cuando estoy orando
también provoco la bendición.
Toda palabra agradable a los ojos de Dios va a provocar a que
Dios abra las ventanas de los cielos, porque el tener riquezas no es malo ni es
pecado, siempre que sea para bendición del reino, pero si deseas bendición para
que tu gloria se expanda sobre la faz de la tierra jamás vas a provocar a que
Dios abra las ventanas de los cielos.
Dios siempre bendice cuando lo provocamos, porque Dios mismo
sabe que las cargas, la enfermedad, las deudas, las preocupaciones matan,
porque cuando estamos pasando por aflicciones prácticamente estamos muriendo,
desmayamos y no encontramos a Dios por ningún lado y Dios sabe que no vamos a
resistir tanto tiempo sin que haya alguna oferta del enemigo que nos parezca
atractiva. Y es de esta forma como Satanás asalta a nuestro señor buscando esa
brecha para poder robar lo que ya está apartado para el Señor. Es por eso que no
debemos de dudar que Dios está bendiciendo generaciones siempre que lo que
hagamos sea atractivo a los ojos de nuestro creador. Provoque a Dios, si
nosotros siendo carnales sabemos agradecer y correspondemos hasta el más
pequeño estimulo, cuanto mas no lo hará nuestro padre que está siempre
pendiente de sus hijos.
No solo lo piense, hágalo… provoque a Dios y verá como Dios
abrirá las ventanas de los cielos, si antes su record era de 5 asaltos en el
año verá como eso se va reduciendo, quizá es de aquellas personas que todos los
meses está haciendo fila en una clínica o el hospital porque solo enfermo pasa
o sus parientes; le garantizo que verá como Dios se empieza a manifestar,
porque es así como Dios trabaja, primero nos quita todo obstáculo reprendiendo
al devorador para que la bendición se pueda disfrutar.
Gracias Señor por darme la oportunidad de expresar una vez
más lo que tú has puesto en mi corazón, bendigo en gran manera a todo a aquel
que decide creerte padre, que todo aquel que está pasando por un mal momento,
seas tú quien le consuele, le fortalezca y le levantes, declaro que hoy se
abren las ventanas de los cielos para todo aquel que provoque tu misericordia.
Que podamos buscarte siempre por medio de la oración, la
alabanza, que seamos firmes en entregar esa parte que le corresponde para que
haya alimento en tu casa. Amen
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