La Golosina que Mata
Un día tuve
la oportunidad de ver en un receso de clases en el colegio donde estudian mis
hijos, como los niños y jóvenes hacen largas filas para comprar golosina con el
fin de matar un poco el hambre o que los dulces les pueda levantar un poco el
ánimo mientras llegan a sus casas y poder comer algo que les pueda proporcionar
los nutrientes que el cuerpo necesita para tener una vida saludable; le
parecerá tontería pero nadie puede vivir de puras golosinas, llegará un momento
en que el cuerpo empiece a presentar serias complicaciones porque una galleta,
un dulce no son suficientes para que nos podamos mantener en pie.
Claro yo se
que todos en su momento hemos hecho lo mismo, tratar de calmar un poco el
hambre consumiendo golosinas, aunque sabemos que no son muy saludables, pero usted dirá porque estoy
leyendo un artículo que hable de salud en un blog Cristiano o será que yo me
equivoqué o es que el escritor se equivocó al publicarlo o al escribirlo; pues
le aclaro ni lo uno ni lo otro.
El hacer mención
de lo anterior es porque aunque sabemos el daño que nos puede estar haciendo el
no nutrirnos correctamente usted y yo lo hemos hecho y a lo mejor lo seguimos
haciendo, y hoy lo quiero llevar a la vida espiritual.
O nos
alimentamos con las proteínas y nutrientes que el cuerpo necesita o simplemente
vamos a empezar a morir, porque enfermarnos es alarma de que en nuestro
organismo algo empezó a funcionar de una forma incorrecta; pero vámonos a lo
espiritual usted y yo sabemos o si no lo sabía hoy ya los sabe que el mantener
una vida espiritual requiere a parte de esfuerzo una dedicación y que nuestra
alimentación espiritual sea la apropiada.
El problema
de hoy en día que lo que estamos consumiendo no es espiritual o no es
suficiente para mantenernos firmes, por tal razón es que nos cuenta levantarnos
cuando caemos o mejor dicho por tal razón es que no tenemos fuerzas y caemos muy
a menudo.
Sabe el
refuerzo espiritual no viene solo porque me ponga de rodillas a clamar; usted
debería de saber que para clamar tenemos que tener fuerzas pero no las tenemos
porque lo que estamos consumiendo espiritualmente no es un alimento que nutra
sino puras golosinas, y lo preocupante que muchos nos engañamos creyendo que lo
que consumimos espiritualmente está bien y es suficiente, creemos que si no
pecamos, si no me meto con nadie y cuando voy a dormir elevo una que otra
plegaria eso me convierte en un hijo de Dios, esto no funciona así… el ser un
hijo de Dios es cambiar totalmente de vida, usted no se puede mantener en pie
creyendo que porque ya se siente lleno eso es suficiente, como hijos de Dios el
sentirnos llenos no basta, lo que usted y yo necesitamos es nutrirnos
apropiadamente porque eso es lo que nos va mantener en pie cuando venga la
tormenta, cuando venga el día malo.
Hace varios
años tuve la oportunidad de compartir un almuerzo con unos compañeros de
trabajos y uno de ellos no me dejó empezar porque no habíamos orado por los
alimentos irónicamente hace un par de meses tuvimos la oportunidad de desayunar
y esta vez se le olvidó orar, me causó curiosidad y le pregunte qué pasó con
esa costumbre y me decía que ya había logrado una intimidad con Dios y por ello
el ya sabía cómo se entendía con nuestro creador… me impactó negativamente
porque nos confiamos a tal grado que sin darnos cuenta ya no nos estamos
nutriendo como debe de ser y esto es peligroso porque nosotros tenemos dos YO
un YO carnal y un YO espiritual y el YO carnal siempre esta despierto esperando
que el YO espiritual baje la guardia y al debilitarse este toma la riendas de
nuestra vida.
Esto lo he
vivido en carne propia, en un punto de mi vida me llegue a sentir tan entregado
a Cristo que después de congregarme hasta 6 veces a la semana, mi YO espiritual
estaba tan seguro que creí que me podía dar permiso de comerme una que otra
golosina y no me daba cuenta que estaba perdiendo fuerzas a tal grado que
el viejo hombre se estaba fortaleciendo
de nuevo mientras que el nuevo hombre estaba a punto de desaparecer. Mire a
veces creemos que porque ayer oramos 30 minutos y hoy una hora mañana ya no necesitamos
orar; leemos las Santas Escrituras y nomas sentimos un poco de paz guardamos la
biblia o simplemente ya no lo hacemos con la frecuencia y la importancia que
ello requiere.
Ahora
quiero que entienda que no estoy hablando de las golosinas literalmente como
las conocemos, más bien le estoy haciendo una comparación para que no
confundamos que una vida espiritual requiere compromiso y dedicación, usted no
puede enamorarse de Cristo si ni tan siquiera conoce los mandamientos o lo que
Dios demanda de usted día con día.
A veces hay
amigos que se convierten en golosina porque por una tarde en compañía de ellos
dejamos de alimentarnos o mejor dicho perdemos ese alimento, al cambia una
tarde en la iglesia por un tertulia con ellos; aquellos hijos que por cumplirle
sus berrinche nos quedamos pendiente de ellos y Dios que espere… el trabajo es
un enemigo fatal esa golosina de la
mejor, hasta nos sentimos orgullosos
ponerlo de pretexto “es que Dios sabe que yo de este trabajo como”, “es
que Dios para eso me ha dado este trabajo para ser responsable” y los estudios no se quedan a tras “es que
tengo que estudiar porque mañana tengo examen”, “Dios Sabe que necesito sacarme
6 o dejaré la materia” y no es que esto sea malo sino que el descuidarnos es
darle poder al viejo hombre y como usted y yo ya estuvimos allí no va ser
difícil retroceder porque ese camino nos lo podemos de memoria.
Mi estimado
lector quiero que entienda que no podemos llevar una vida espiritual a medias,
o se nutre con un menú espiritual que estoy seguro que le va sustentar y
mantener en pie, o simplemente está a punto de derrumbarse, o ya esta
colapsando porque comer a medias lo va a llevar a morir lentamente y eso puede
ser muy doloroso.
Espero no
ofenderle pero quiero que me entienda y concluyo que golosina es todo aquello
que nos engaña, es aquellos que nos está estorbando nuestra comunión con Dios,
es aquello que no están impidiendo que crezcamos espiritualmente y por último
es aquello que no hace bien a mi vida y por ende me está matando, sean estos
amigos, compañeros, cónyuges, hijos, estudio y este ultimo fatal que es el
trabajo y por eso es que Dios a muchos nos ha dejado de bendecirnos porque lo
mismo que él nos dio es lo que nos impide alimentarnos espiritualmente.